Un pelotazo en Valdemoro, la localidad donde la antigua mano derecha de Aguirre fue alcalde durante cuatro años, es el nexo que une la trama Gürtel con la supuesta estructura delictiva investigada en la Operación Púnica, publica este jueves Vozpópuli. La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, en concreto, señala el plan urbanístico aprobado en 2006 por este municipio sobre el barrio de Las Zanjas Norte, con el que David Marjaliza, el amigo íntimo de Francisco Granados, triplicó sus beneficios en una promoción de 693 viviendas. De hecho, ya ha pedido el expediente correspondiente a la Dirección general de Urbanismo de la Comunidad de Madrid.
La misma información indica que el Gobierno del PP modificó el plan de construcción de una manera sospechosa y que el expediente puede ayudar a confirmar que aquella martingala engordó las cuentas sobre las cuales han alertado las autoridades de Suiza a las de España.
El juez Pablo Ruz ya ordenó diligencias el 6 de mayo del 2013 en relación a este pelotazo, que había sido muy discutido y denunciado en su momento en sede municipal por la oposición. Ruz, rastreando operaciones urbanísticas de Francisco Correa en Madrid, pidió también información a bancos sobre el caso de Las Zanjas Norte y también a la empresa Vancouver Gestión SL, propiedad de Marjaliza, ahora investigada. En una conversación incluida en la investigación sobre la Gürtel, un antiguo regidor de Majadahonda pronunciaba unas palabras que ahora han cobrado su verdadera dimensión: «Marjaliza es el tapado de Granados».
Un amigo de Felip VI
Por otro lado, el nombre de la empresa Indra también se ha visto salpicado por el escándalo de la Operación Púnica. Este jueves El Confidencial revela que Pedro Llorca, mano derecha de Granados, pudo hacer negocios con esta compañía gracias a un contacto del más alto nivel, nada más y nada menos que un empresario buen amigo de Felipe VI: Javier López Madrid.
Este digital, basándose en confidencias de fuentes internas de Indra, explica que Llorca ha mantenido relaciones comerciales con Jesús Gil, director de desarrollo de negocio y responsable de los procesos electorales de la compañía, al menos hasta el mes de septiembre pasado. Algunos informadores explican que fue Javier Monzón, presidente de Indra, quien, a petición de López Madrid, abrió las puertas a Llorca. Granados habría pedido a López Madrid que facilitara el encuentro de Llorca y Monzón.
Cacería con un guardián de la Constitución
Además, las actividades cinegéticas y sociales de algunos investigados en la Operación Púnica, como Francisco Granados y David Marjaliza, contaron, según el mismo digital, con la presencia de un magistrado conservador del Tribunal Constitucional. Se trata de Roberto García-Calvo, fallecido en 2008, quien era un habitual de cacerías que acababan con partidas de póquer ya de madrugada. García-Calvo participó en cacerías organizadas por los amos del Grupo Dico, beneficiado por el reparto de contratos a cambio de comisiones millonarias.
Pillado el supuesto delator
La Guardia Civil ya habría encontrado a quien, supuestamente, avisó a Granados de la puesta en marcha de la Operación Púnica. Un agente de la UCO que no forma parte del equipo que investiga delitos contra la Administración ha sido detenido e imputado por revelación de secretos. Habría pasado información a Granados mediante un amigo común de Valdemoro.
