La estación de Boí-Taüll está a punto de morir

En la Alta Ribagorça quieren que la Generalitat la salve
boi taull
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La Generalitat continúa invirtiendo en nieve. El consejero Andreu Mas-Colell otorgó el mes de septiembre pasado un aval de 400.000 euros a la estación de Boí-Taüll, el complejo de montaña de la Alta Ribagorça que, desde hace cinco años, está con el agua al cuello por las dificultades económicas de la empresa explotadora y de su primer accionista -el grupo madrileño Nozar, encabezado por Luis Nozaleda– que se han traducido en continuos conflictos laborales. Ante esta situación, cada vez hay más voces en la comarca que piden al gobierno de Artur Mas que, a través de la empresa pública Ferrocarrils de la Generalitat, asuma la estación de esquí de Boí-Taüll, tal y como ha hecho con las de Espot, Port Ainé, Vallter y, mucho antes, con las de Núria y la Molina.

ERE encadenados
Boí-Taüll agoniza. Desde hace cinco años, precisamente a raíz del concurso de acreedores de Nozar -al cual seguiría después la suspensión de pagos de Promocions Turístiques de la Vall, que explota el complejo, los empleados de la estación de esquí han sufrido sucesivos ERE y les han congelado los sueldos, todo con la excusa de garantizar la supervivencia de la empresa, y en estos momentos les deben las tres últimas nóminas, además de un tercio de la de marzo, así como las liquidaciones del personal estacional que sólo trabaja en invierno: en total, unos 450.000 euros en salarios.

En declaraciones EL TRIANGLE, Manuel Romero, secretario de Organización de CC.OO de las comarcas de Lleida y miembro del comité de empresa de Boí-Taüll, explica que el acto de conciliación de la semana pasada y las repetidas reuniones con la dirección de la empresa han acabado sin acuerdo.

Contra Promocions Turístiques de la Vall -heredera de Boí-Taüll SA- se han presentado 162 demandas por cantidades salariales, correspondientes a los actuales empleados de la plantilla, aunque ahora en verano sólo trabajan unos cuarenta, que se podrían ampliar en quince contratos más en agosto. En la primera semana de julio, la ocupación de los hoteles y apartamentos turísticos del complejo sólo era del 30%.

Comunicados hinchados
La empresa acostumbra a difundir comunicados sobre la supuesta buena marcha de la actividad que contrastan con la situación de sus trabajadores. Por ejemplo, en marzo informaban que se había cerrado la temporada de invierno con un incremento del 50% de las ocupaciones hoteleras respecto al año anterior, pero todavía deben una parte de la nómina de aquel mes.

LEE EL ARTÍCULO COMPLETO EN LA EDICIÓN EN PAPEL DE EL TRIANGLE DE ESTA SEMANA

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