La comunidad educativa catalana, liderada por los sindicatos USTEC-STEs, CC.OO. y CGT y por agrupaciones de profesores, tiene claros los objetivos de la semana de lucha que ha iniciado este lunes: la Ley de Educación de Catalunya (LEC), la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) y los recortes que afectan a la enseñanza. O lo que es el mismo: oponerse a las políticas educativas del ministro de Educación, Cultura y Deportes, José Ignacio Wert, y de la consejera de Educación, Irene Rigau.
Durante los próximos días, los promotores de estas reivindicaciones quieren implicar a tantos centros educativos como les sea posible en las actividades que tienen programadas, entre ellas las charlas sobre la legislación y los presupuestos de la enseñanza, las jornadas festivas y la preparación de la manifestación del próximo sábado, día 29, en la plaza Universitat de Barcelona, acto de culminación de su semana en lucha.
Objetivos y mensajes
Profesores y sindicatos plantean, entre otras demandas, que no se cierren líneas educativas públicas, que se disponga de sustituciones al 100% desde el primer día y que se abandonen las otras políticas de ajustes. Buena parte de las quejas van dirigidas al ministro Wert y su LOMCE, hasta el punto de pedir la insumisión de la consejera Rigau en defensa del modelo educativo catalán, pero las políticas de la Generalitat también reciben críticas.
El estudio La agenda política educativa en Cataluña: un análisis de las opciones de gobierno (2011-13), de la Fundación Jaume Bofill, ha expuesto recientemente que los recortes del Gobierno catalán en los últimos tres años han afectado al sector educativo por encima de la media de la reducción del gasto de la Generalitat. Además, este estudio pone de manifiesto que la enseñanza pública y, en particular, los sectores más desfavorecidos de la sociedad han sido los más perjudicados por las políticas de la consejería que dirige Rigau, mientras que la escuela privada concertada ha resultado beneficiada.
