La sede barcelonesa de Endesa ha sido ocupada este miércoles por unas 400 personas que exigen a la eléctrica que pare los cortes de suministro a las personas en riesgo de exclusión social. Bajo la denominación Alianza contra la pobreza energética hay una docena de entidades vecinales y sociales que piden a la multinacional que pare la «política indiscriminada» de cortes de electricidad.
La plataforma señala los casos de Encarna, que desde julio de 2013 no puede pagar los recibos de luz y gas porque sobrevive con un sueldo de 426 euros al mes, y que sufre una enfermedad que la obliga a dormir conectada a una máquina para evitar una muerte repentina. O el de Rafael, a quién Endesa, según explica la Alianza, ha cortado la luz este febrero, es diabético y necesita mantener la insulina en la nevera, además sufre apnea del sueño y necesita suministro de aire forzado por la noche para dormir.
La Alianza contra la pobreza Energética asegura que Endesa «no ha mostrado ningún interés para facilitar que las familias que no podían asumir los recibos pudieran acogerse a la tregua invernal», sino que «ha sido la única distribuidora que se ha mostrado totalmente inaccesible a las demandas de la ciudadanía y ha cerrado los ojos de forma reiterada ante casos como los de Encarna, donde hay incluidas vidas en juego». La plataforma recuerda que la multinacional italiana obtuvo 1.879 millones de euros el año pasado.
Según la activista de la PAH, Ada Colau, que se ha sentado en la mesa de negociaciones con la dirección de la eléctrica, la protesta ya ha conseguido el primero de sus frutos, y representantes de la asociación se reunirán este jueves en las 10h con la directora de Endesa en Catalunya.
