El empresario Tatxo Benet, socio fundador de la compañía audiovisual Mediapro, ha tenido la loable iniciativa de crear un gran espacio en el Eixample de Barcelona dedicado a la promoción y a la comercialización de la literatura catalana: Ona Llibres. Según su declaración de intenciones, el objetivo de esta librería es poner al alcance del público toda la producción editorial en catalán.
Pero en la Ona Llibres de Tatxo Benet parece que funciona la Santa Inquisición y, como mínimo, hay un autor que no figura en su fondo editorial, disponible en línea. Se trata del ex presidente del Barça, Sandro Rosell, que acaba de publicar, hace pocas semanas, su libro Una forta abraçada, editado por el sello Rosa dels Vents.
Este libro, en sus versiones en catalán y en castellano, se puede encontrar fácilmente en las grandes librerías de Barcelona, como La Casa del Libro o la FNAC. En cambio, en Ona Llibres no figura, misteriosamente, en su catálogo. La búsqueda del autor y/o del título del libro en la tienda online de la librería resulta negativa. En cambio, está todo el resto de obras editadas por Rosa dels Vents.
Este insólito episodio de censura en pleno siglo XXI –impropio de una persona abierta y liberal como Tatxo Benet- solo se explica por la enemistad manifiesta que existe, desde hace años, entre Jaume Roures (socio de Tatxo Benet en Mediapro) y Sandro Rosell, a cuenta de los derechos audiovisuales del FC Barcelona.
De manera paradójica y contradictoria, Tatxo Benet se reivindica como un ferviente defensor de la libertad de expresión y ejerce de mecenas contra la censura. En los últimos tiempos ha reunido una importante colección de obras de arte que se caracterizan por haber sido perseguidas o censuradas. Su pieza más emblemática es la composición “Presos políticos en la España contemporánea”, de Santiago Sierra, censurada en la edición de la feria Arco del año 2018. Pero no predica con el ejemplo.
Recordemos que hace unos días, la dirección de TV3 también censuró un reportaje sobre el calvario judicial sufrido por Sandro Rosell y eliminó todas las referencias a Jaume Roures y a Mediapro. Este escandaloso episodio de censura ha provocado una gran tormenta política, con el director de TV3, Vicent Sanchis –muy amigo de Jaume Roures- en el ojo del huracán.
