0 años. Así lo asegura Carles Puigdemont en una entrevista publicada por el diario Vilaweb, en la cual explica algunos detalles de la plataforma virtual que ha creado para la puesta en marcha del Consejo por la República: “Es un registro abierto, a diferencia del censo electoral. Está abierto a menores, a gente acabada de nacer, a gente acabada de llegar, a gente que vive afuera”, afirma el expresidente.
No sólo se pueden inscribir “menores” y “gente acabada de nacer”. El Consejo por la República, según Carles Puigdemont, tiene “la intención de poder reconocer la ciudadanía a algunos ciudadanos de Cataluña que no son reconocidos legalmente por las actuales instituciones y a los cuales tenemos que decir que contamos con ellos. El consejo es una manera de reconocer a aquellos que se sienten catalanes o que son catalanes y viven afuera, pero que han perdido el vínculo administrativo con Cataluña. Y también a toda aquella gente que quiere ser catalana. Nosotros no pondremos muros como en Ceuta y Melilla. No limitaremos el acceso a la ciudadanía republicana”.
Y concreta: “La gente del País Valenciano, de Cataluña Norte, de las Islas –de hecho, de todo el mundo– que lo quiera será bienvenida al Consejo por la República”.
En otro momento de la entrevista a Vilaweb, Carles Puigdemont da más pistas de lo que tiene en mente: “La idea es que la República es una cooperativa de ciudadanos. El acceso a la ciudadanía ya no puede ser un acto de violencia forzado. O prohibido. Tiene que ser un acto voluntario. Nadie tendría que ser forzado a ser catalán si no quiere serlo. Y a mí me fuerzan a ser español a pesar de que no lo quiero ser. Esto es un acto de violencia”.
Su objetivo es que, con esta política de manga ancha para hacer nuevos catalanes, el Consejo por la República pueda tener, como mínimo, un millón de adherentes que paguen la cotización de inscripción, establecida en 10 euros: “Somos ambiciosos porque el consejo se dirige a los 7,5 millones de catalanes. Todos, y no solamente los independentistas, son víctimas de la represión directa del Estado porque a los no independentistas les impiden de votar contra la independencia de Cataluña, les impiden decir qué quieren que sea Cataluña. Tienen los derechos violados y vulnerados tanto como los independentistas. Nosotros presentamos el consejo como una movilización permanente, como una musculatura permanente de la República, y creemos que nos hace falta una masa crítica para que ejerza de verdadero poder. Esta cifra no es ninguna exageración a sabiendas de que el movimiento hacia la independencia ha hecho salir a la calle millones de personas cada año, y que de esta gente habrá una parte que dirá: ‘Yo me quiero dar de alta de este país.’ Hacerlo es una manera de explicitar que se quiere formar parte de esta república voluntariamente”, asegura Carles Puigdemont.
Con tanta “alegría” a la hora de aceptar inscripciones, el problema surgirá cuando se tenga que aplicar la frenética actividad democrática que, según Carles Puigdemont, tendrá su Consejo por la República. ¿Podrán votar los bebés? ¿Y los menores? ¿Lo podrán hacer sus padres por ellos?
