Cuando Joan Laporta habla de economía y de posibles soluciones de futuro no solo no aporta más que dudas y regateos “hasta que una auditoría no revele el verdadero estado del club”, sino que vuelve a aludir a un proceso de capitalización en términos muy peligrosos. En concreto, sobre esta arriesgada puerta abierta por Josep Maria Bartomeu, la del Barça Corporate, a Víctor Font y a Joan Laporta se les han abierto los ojos como platos porque no deja de ser una engañosa entrada de capital inicial, solo es pan para hoy, a cambio de perder para siempre jamás activos y áreas de negocio que hoy tienen un rendimiento y unos beneficios cien por cien propios.
Lo más peligroso y arriesgado dicho por Joan Laporta es que el Barça “es muy atractivo para los inversores”, palabras que en boca del expresidente representan emitir bonos y compartir una sociedad anónima con terceros para la explotación del negocio de las licencias y de las tiendas básicamente. Dada la situación del club, tan frágil, esta entrada de capital no solo supone compartir, y por tanto reducir ganancias. También existe el riesgo de no poder acudir a una ampliación de capital por no hablar de la imposible devolución de bonos contra activos del propio club, otra manera de acabar siendo una SA por la vía rápida.