El gobierno de la Generalitat no descarta pedir que Barcelona, sus áreas metropolitanas y Lleida pasen a la fase 3 el próximo lunes, a pesar de haber solicitado únicamente esta semana de forma oficial que Cataluña Central y Girona avanzaran a la última etapa. Los motivos que avalarían esta decisión, según el ejecutivo catalán, es que los datos en Barcelona y sus áreas metropolitanas son "muy buenos" y que los brotes de Lleida "ya están controlados".
Para el gobierno catalán, además, se suma un nuevo aliciente: Cataluña, a partir de la fase 3, definiría la gestión de la desescalada. Según la consejera de Salud, Alba Vergés, "podríamos definir desde el gobierno de la Generalitat qué es la fase 3 y regular la sociedad, ofreciendo mensajes claros a la población para que los ciudadanos sepan dónde estamos". Sin embargo, en caso de que finalmente estas áreas no pasaran el próximo lunes a la fase 3, Cataluña, así como el resto de comunidades autónomas, recuperaría parte de sus competencias el próximo 21 de junio al ser la fecha en que acaba la última prórroga del estado de la alarma.
Hasta ahora, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, así como el Gremio de Restauración de la capital catalana y otros sectores económicos de la ciudad se han mostrado partidarios de avanzar de fase el próximo lunes.
Aun así, el jefe de Epidemiología del Hospital Clínic de Barcelona, Antoni Trilla, ha defendido que Barcelona, sus áreas metropolitanas y Lleida permanezcan a la fase 2 hasta el próximo 21 de junio alegando que "es mejor y más prudente". Además, Trilla ha remarcado que "14 días sería el plazo más ortodoxo".
