Las entidades sociales catalanas han lanzado un grito de socorro a la Generalidad de Pere Aragonès que esperan que se escuchado. La crisis de la covid-19 se ha cebado especialmente con este sector, según se refleja en el informe presentado por la Confederación de Tercer Sector.
La tendencia de crecimiento progresivo del empleo en el Tercer Sector se ha visto interrumpida por la aparición de la covid, y los datos ponen de manifiesto que más del 10% de los empleados han perdido su trabajo, siendo el sector de las mujeres, que representa el 78% del personal, el más perjudicado.
Además durante el tiempo más duro de la pandemia, el 22,8% del personal estuvo afectado por un ERTE y el 14,4% estaba de baja como derivada de la covid, un aumento de más del 127,5% respecto el año 2019.
Según el informe, los trabajadores no han sido los únicos en sufrir las consecuencias de la crisis. Las propias entidades también están en la cuerda floja, ya que en los años de infrafinanciación ha sumado la pandemia.
El 43,4% de las entidades ha cerrado el año 2020 con pérdidas mientras que los sobrecostes, causados por la covid, han sido de 84 millones de euros. El dinero ha sido destinado a la compra de equipos de protección y la contratación de personal de refuerzo.
El informe de la Confederación también pone de manifiesto que la pérdida de ingresos por el cierre de los centros de actividades y las plazas vacías no ocupadas en residencias, entre otros, supusieron perder 593 millones de euros. Además el 65% de las entidades sociales sufrieron retrasos en los pagos de facturas por parte de las administraciones catalanas, lo que supuso no poder hacer frente a muchos de los gastos.
La Confederación del Tercer Sector pide al nuevo gobierno de la Generalitat que no les deje caer en el olvido y que, con una aprobación urgente de nuevos presupuestos, se despliegue una ley de apoyo al tejido social. Las entidades consideran que es necesario un aumento del 67,6% del presupuesto destinado a las políticas públicas de los servicios sociales para poder hacer frente a todo el gasto acumulada de más de 10 años de menosprecio por parte de la administración catalana. Con este grito de socorro, el tercer sector, quiere dejar de ser la pariente pobre de la atención social.
