El periodista de Komsomolskaya Pravda fichado por el ‘procés’ afirma que su trama rusa es una “conspiración mítica”

Edward Chesnokov justifica su entrevista a Carles Puigdemont y acusa a Occidente de interferir en Rusia cuando sus grandes medios entrevistaban al opositor Navalny

Carles Puigdemont votando el 1 de octubre de 2017, en un artículo de Komsomolskaya Pravda

Edward Chesnokov, el periodista que hizo de eslabón del procés en el diario moscovita Komsomolskaya Pravda y que escribió 23 artículos en El Punt Avui favorables a la independencia de Catalunya y a la gestión de Vladimir Putin entre septiembre de 2019 y febrero de 2022 en El Punt Avui, considera que las informaciones sobre la existencia de una trama rusa de apoyo al independentismo catalán son una «conspiración mítica». Así lo escribió en un artículo en este medio ruso, del que es subeditor internacional, publicado el 4 de septiembre de 2021, dos días después de que el digital catalán ElMón.cat publicara uno en términos similares. El artículo de Chesnokov se titula “’Escándalo de espionaje’: cómo rompí la democracia europea entrevistando al líder catalán Puigdemont para Komsomolskaya Pravda” y en el subtítulo se lee: “El corresponsal de Kp.ru, Edward Chesnokov, revela finalmente toda la verdad sobre la ‘interferencia en el referéndum sobre la independencia de Catalunya’”.

Se trata de un artículo largo, ilustrado con fotografías del autor en un estudio de radio de Komsomolskaya Pravda, de Carles Puigdemont en Bruselas, de una manifestación con grandes esteladas y de la basílica de la Sagrada Familia en Barcelona. Empieza hablando de “Separatistas buenos y malos” y acusa a Occidente de apoyar a los rebeldes chechenos y defender los derechos humanos en esta república que quería separarse de Rusia o a los muyahidines afganos contra los ocupantes rusos y, en cambio, reprimir a los independentistas catalanes. Desde la perspectiva de Occidente, según el periodista ruso, «los militantes caucásicos son separatistas buenos y correctos mientras que los catalanes pacíficos son peligrosos alborotadores». “La policía de Moscú no puede dispersar las protestas ilegales de la oposición liberal. Las fuerzas especiales españolas pueden acallar a sangre y fuego a los manifestantes de Barcelona. La APCE, el Parlamento Europeo, la OSCE y otras organizaciones respetadas no ven ningún problema en ello”, escribe.

Chesnokov se pregunta: “¿Quién es el enemigo principal? ¿Quién ha interferido las elecciones estadounidenses? ¿Quién estacionó tropas peligrosamente cerca de las bases de la OTAN del Báltico?” y concluye “así es como surge la narrativa extremadamente conveniente de la intervención rusa. Pueden explicar cualquier fracaso de los globalistas: desde el Brexit hasta el desastre reciente en Afganistán”.

Coincidiendo con la argumentación de ElMon.cat, acusa a los periodistas españoles que se han referido a la trama rusa del procés de basarse en pruebas incriminatorias concebidas «para vincular a Rusia con los rebeldes de Puigdemont a cualquier precio». El nombre de Chesnokov aparece en las conversaciones telefónicas del jefe de la Oficina de Puigdemont, Josep Lluís Alay, interferidas en la investigación judicial de este caso. El periodista ruso explica que en principio la entrevista que negoció con Alay debía publicarse en el canal de Telegram Nezygar pero que al final apareció en Komsomolskaya Pravda. “Sólo habló de los vínculos culturales históricos de dos naciones europeas: Rusia y Cataluña”, explica y se queja de que “cuando esa lógica funciona en la otra dirección; por ejemplo, cuando el más famoso opositor de Moscú (Alexei Navalny) en modo ametralladora da entrevistas a los medios más grandes del mundo, lanzando fango sobre el Kremlin, entonces esto es diferente, es periodismo objetivo que no tiene como objetivo interferir en los asuntos internos rusos”.

El artículo termina con un apartado encabezado por el título “Conspiración mítica” en el que lamenta que no logró hablar con ningún portavoz que denunciase la trama rusa del procés. Y sentencia que “por tanto, no, señores, no fuimos nosotros quienes tejimos la “conspiración”. Es vuestra democracia la que no funciona. Sois vosotros quienes estáis confundidos en vuestra hipocresía infernal. Vosotros sois los que golpeáis a los manifestantes con porras, culpando a Rusia de hacer lo mismo. Vosotros sois quienes no habéis ayudado a resolver pacíficamente las crisis de Kosovo, Afganistán, Nagorno-Karabaj, Transnistria, Osetia del Sur y Donbass, sin olvidar vuestra propia crisis de Cataluña. Porque sois políticos fracasados. Sólo podéis amenazar con sanciones sin dientes, culpando a Rusia de todo. Pero acabaréis con la misma vergüenza que para los estadounidenses ha sido Afganistán”.

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