El sector del transporte de mercancías por carretera no encuentra conductores para trabajar

La gente joven descarta esta profesión por el coste de la formación, el salario, los horarios, las condiciones de trabajo y las dificultades para conciliar la vida personal y familiar

El sector del transporte de mercancías por carretera ha sido maltratado en los últimos años y ha perdido competitividad. Según el presidente del Gremio de Transportes y Logística de Cataluña, Antonio Martínez, “ahora uno no se gana la vida en la carretera. El transportista autónomo cobra menos que hace 40 años y el transportista asalariado también cobra menos”. En declaraciones a EL TRIANGLE, Martínez expone que “ni un joven ni una mujer no quieren trabajar de chófer internacional porque son muchos días fuera de casa”. El sistema de trabajo ha cambiado y ahora se subastan los trayectos al precio más bajo y ya no se hacen rutas de ida y vuelta, cosa que permite volver a casa periódicamente, sino que se deambula por diferentes rutas y trayectos durante mucho de tiempo a precios muy bajos. El presidente del gremio también lamenta que “se ofrecen precios que son la mitad de los nuestros, y esto es explotación de personas. Hemos sido cómplices y nos hemos cargado el sector. Como sociedad, tenemos que pagar más por este servicio, tenemos que exigir más, y hacer así más atractiva la profesión y dignificarla”.

Entre los motivos de esta situación en el conjunto de Europa, Martínez indica que la externalización del servicio a conductores de países del Este en las últimas décadas “ha prostituido los precios” y ha generado “cargas de mercancías por 500 euros cuando el precio normal serían unos 1.500 euros”.

El futuro del sector pasa por “una solución europea”, según Martínez, y pose en valor el Paquete de Movilidad que aprobó la Unión Europea en 2022 para la mejora de la sostenibilidad del transporte de mercancías por carretera. Gracias a este paquete de medidas, “se intentó acotar una mala praxis, haciendo que estuviera prohibido que un transportista estuviera fuera de la base de trabajo más de un mes, y que un camión pudiera estar fuera de su país más de dos meses”. De este modo, se quería evitar que determinados conductores estuvieran una media de once meses fuera de casa, haciendo trayectos de un lugar a otro.

El sector, pero, lamenta que no haya bastante policía ni en las vías de transporte ni en los parkings de estacionamiento para controlar esta realidad, que todavía se da en las rutas internacionales.

En declaraciones a EL TRIANGLE, el secretario general de la Asociación General de Autónomos, Pymes y Transportistas de Cataluña, Carlos Folchi, compara la situación que viven los transportistas españoles con la que sufren los campesinos. Casi el 80% de los transportistas en España son autónomos que tienen una media de un camión y medio. Estamos hablando de unas 130.000 empresas españolas con una flota de 250.000 camiones, aproximadamente. Por lo tanto, “los grandes clientes, cuando negocian con estos autónomos y pequeñas empresas, acaban imponiendo sus condiciones; es una situación muy parecida a la de los campesinos. Cuando quieren hacer la venta de sus productos, lo acaban haciendo a grandes operadores, que acaban fijando los precios. Las retribuciones se han ido reduciendo, y no salen los números”.

En este mismo sentido, Antonio Martínez, del Gremio de Transporte y Logística, indica que en los dos casos “ni la sociedad ni la industria no quieren pagar más, y estamos afectados, como los campesinos, por la misma ley; los campesinos tienen la de la cadena alimentaria, y nosotros, la ley del precio mínimo, que desde hace dos años no respeta a nadie para que vayamos a un mercado de oferta y demanda”. “No se puede competir ni en precio ni en condiciones de vida. Por lo tanto, tenemos que vender calidad y profesionalidad”, como resalta el empresario Antonio Martínez que hace transporte prémium de calidad con más valor añadido que sus competidores.

Las dos asociaciones del sector consultadas por EL TRIANGLE trabajan junto a las administraciones españolas para dignificar y hacer más atractiva la profesión. El reto más inmediato está claro: en los próximos tres o cuatro años, se prevé la jubilación de 30.000 profesionales en España, y ha quedado patente que no hay relevo de forma natural en el sector. Entre las medidas que ya se están trabajando hay atraer gente joven y mujeres en el sector a través de diferentes iniciativas.

En concreto, en Cataluña, se ha puesto en marcha una Formación Profesional específica para la juventud a través de un módulo de transporte de mercancías por carretera de dos años, que se imparte a las cuatro demarcaciones. En estos centros, además, se promueve la modalidad dual que permite hacer prácticas en las empresas. Así, se quiere impulsar la enseñanza pública y no depender solo de la formación privada. Otra barrera a superar es el coste de los carnets de conducir necesarios para poder trabajar, como son el C o D, junto con el certificado de aptitud profesional de viajeros y mercancías (CAP). En declaraciones a EL TRIANGLE, Àlex Requena, vocal de la Federación de Autoescuelas de Barcelona, admite que las prácticas de camión son caras y “se requiere mucho gasto de dinero y de tiempo. Faltan examinadores, y pueden tardar hasta seis meses a subir a examen. Aparte, a la gente no se le hace atractivo estudiar porque hay la teoría, las prácticas y las horas de estudio del certificado profesional”.

Puedes leer el artículo entero al número 1564 de la edición en papel de EL TRIANGLE.

(Visited 63 times, 1 visits today)
Facebook
Twitter
WhatsApp

avui destaquem

Deja un comentario