La Audiencia de Barcelona ratifica la condena de prisión a un independentista por las protestas por la visita del rey

La plataforma Alerta Solidaria critica que el tribunal haya obviado las alegaciones presentadas

CDR protestando por la visita de Felipe VI en Barcelona.

La Audiencia de Barcelona ha ratificado la condena de prisión a un independentista a raíz de las protestas en contra de la visita del rey en la capital catalana el 9 de octubre de 2020. El hombre, que es vecino de la comarca del Empordà (Girona), ha sido condenado a 2 años, 4 meses y 16 días de prisión por un delito de coacciones. Según el relato judicial, el joven habría insultado, golpeado y pintado una cruz en una bandera española que llevaba una mujer dentro de un grupo de una decena de personas monárquicas que se manifestaban a favor del rey. Desde Alerta Solidària, plataforma independentista de asesoramiento jurídico,  se afirma que la resolución obvia las alegaciones que había presentado la defensa y califica de «vergonzosa» la nueva sentencia. Alerta Solidària advierte que presentará un recurso de casación al Tribunal Supremo.

Los hechos se remontan al 9 de octubre de 2020, cuando el rey Felipe VI y el presidente español Pedro Sánchez presidieron en la Estación de Francia de Barcelona la entrega de los premios BNEW. Alrededor se concentraron centenares de independentistas y antimonárquicos que rechazaban la presencia del monarca. Por su parte, la asociación Concordia Real Española había hecho llamamientos a la movilización en defensa de la monarquía.

Por eso en un momento determinado aparecieron un grupo de una decena de personas con banderas españolas y una pancarta que decía España os quiere. Muchos de los independentistas rodearon al grupo y se produjeron algunos empujones, gritos e insultos. También les tiraron agua con pintura y pintaron una cruz con espray en la bandera española.

Según la fiscalía, el joven ampurdanés era quién pintó la cruz y también insultó y agredió a algunos de los monárquicos en aquella protesta. En el juicio, pero, el joven explicó que había quedado con unos amigos para manifestarse en contra de la presencia del rey y llegaron muy tarde porque fueron identificados por los Mossos d’Esquadra, así que decidieron ir directamente a comida. Allá fueron identificados otra vez y encontraron un espray en el joven.

Un relato que divergía del que explicaban algunos de los agentes policiales, que afirmaban haber seguido el joven a lo largo de la protesta y haberlo visto pintar con espray la bandera y posteriormente un coche de la Guardia Urbana de Barcelona. Por eso pidieron a los antidisturbios que identificaran al joven y le registraran.

La sentencia dio por buena la versión de la policía y esto hizo que condenaran al independentista con una pena de más de 2 años y medio de prisión. La defensa decidió presentar un recurso de apelación a la Audiencia de Barcelona porque estaba en contra de la decisión de la magistrada y consideraba que se habían producido «contradicciones» entre las versiones de los testigos.

Ahora, la Audiencia de Barcelona da por buena la resolución emitida por el Juzgado Penal n.º 27 de Barcelona y ratifica la condena de prisión. La defensa asegura que el tribunal «se esfuerza por dar una explicación a todas ellas y mantener la condena de prisión». En este sentido, Alerta Solidària recuerdan que los puntapiés y empujones que habían relatado los Mossos d’Esquadra que habría recibido una víctima, esta dijo que no las había sufrido.

Por eso, Alerta Solidària ha asegurado en un comunicado que presentará un recurso de casación al Tribunal Supremo haciendo hincapié en estas contradicciones del relato, que cuestionarían la autoría de las coacciones y las circunstancias agravantes que incluyen los dos tribunales barceloneses. Por un lado, consideran que no hay una motivación ideológica con ánimo discriminatorio porque sencillamente había un enfrentamiento entre dos grupos con convicciones políticas contrapuestas (monárquicos e independentistas).

Además, creen que el agravante de superioridad numérica queda totalmente desacreditada porque se fundamenta en «la selección arbitraria de las declaraciones de unos agentes policiales en desatención de otras». Según apunta la defensa, algunos de los testigos relataban que el grupo de independentistas era igual o menos numeroso que el de los monárquicos.

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