El exfutbolista del Barça Dani Alves ha asegurado este miércoles durante el juicio an la Audiencia de Barcelona por agresión sexual que la relación con la denunciante fue en todo momento consentida. Ha asegurado que él no es un hombre “violento” y que en ningún momento la chica le pidió que “parara o que quisiera salir” del baño del reservado del Sutton.
De hecho, ha dicho que los dos estaban “disfrutando” y que no tuvo que insistir mucho a la chica para que entrara en el baño para practicar sexo. También ha asegurado que durante todo aquel día bebió bastante.
En una declaración de poco menos de veinte minutos y respondiendo solo a preguntas de su abogada, Alves ha medio llorado un par de veces y ha representado ante el tribunal la postura que mantuvieron los dos implicados.
Antes de la declaración de Alves el tribunal y las partes han podido visionar parte de las imágenes de las cámaras de seguridad de la discoteca. También se ha visto la cámara del mosso que grabó por accidente. En la grabación accidental de la cámara unipersonal del agente se escucha la conversación entre el mosso y la víctima y su amiga. La chica explicó, entre llantos, que Alves la estaba “pegando” y la había “tirado a tierra”. El agente le preguntó si Alves le había introducido los dedos en la vagina, como le había dicho un trabajador de la discoteca, y ella respondió afirmativamente. El agente también le dijo que podría haber entrado de forma voluntaria al lavabo y después decir que no quería sexo con Alves.
No obstante, la chica decía que no quería hablar mucho y no quería denunciar. “No quiero nada”, añadía. Su amiga se presentó como abogada. El agente intentó convencer a la joven diciéndole que le tenían que hacer una evaluación forense, a pesar de que añadía que si no había habido “mucha agresión” no habría “mucho para explorar” y la visita médica sería rápida. La chica se mostraba preocupada por el hecho que no saliera su nombre públicamente en ninguna parte, y el policía le garantizaba que no saldría del ámbito judicial.
