La consejera de la Presidencia, Laura Vilagrà, fue la encargada de conducir las conversaciones del Govern con los grupos parlamentarios para construir los acuerdos del presupuesto de 2023. De hecho, la consejera de Economía, Natàlia Mas Guix, que tiene el cargo que habitualmente negocia los pactos para las cuentas, le acompañaba en las reuniones, pero era Vilagrà quien capitaneaba y quien aceptaba o tumbaba peticiones. Y el patrón se repitió en todas las negociaciones y con todos los partidos. Los mismos partidos se quejaron de que cuando hablaban con Mas Guix, ésta no tenía poder de decisión. Ahora que han comenzado las conversaciones para el presupuesto del 2024, parece que Mas Guix es quien las ha puesto en marcha, pero, según los partidos, de nuevo Vilagrà es quien tutela desde la distancia las conversaciones.
Mas Guix está intentado tomar un perfil más protagonista dentro del Govern. Su equipo intenta que aparezca en público y que coja mayor seguridad con los medios. Y es que Pere Aragonès quiere que la negociación del nuevo sistema de financiación sea uno de los hits del curso político, y le iría muy bien tener una consejera con credibilidad y buena imagen que pudiera dar los pasos que él no podrá dar.
