La junta ‘filtra’ que la Fiscalía se querellará contra Bartomeu por el Forensic

El peligroso e imprudente recurso mediático de Laporta, haciendo llegar a las redacciones documentación confusa sobre lo que solo son diligencias informativas, ha provocado que algunos medios hayan informado de una falsa querella

Josep Maria Bartomeu, a TV3

En estos tiempos de cierta penuria deportiva, con el primer equipo sometido a la presión y el riesgo de quedar peligrosamente alejado de la cabeza y en una crisis evidente de juego, no ayuda que la apuesta por Roger Grimau no acabe de arrancar en la sección estrella del Palau, dibujando un cierto panorama de desencanto en la actualidad azulgrana de esta Navidad. Además, tampoco no están siendo eficientes los recursos habituales de distracción de la opinión pública como apretar el botón del canal Barçagate (SER Catalunya con su ronroneo laportista habitual) o la novedad de darle a un medio últimamente incordiante como El Periódico el primer y único signo de vida de aquel olvidado informe Forensic de Joan Laporta enviado en su día a la Fiscalía Provincial para que rebuscara aún más en la gestión de Josep Maria Bartomeu en busca de indicios penales que llevar ante los tribunales.

La noticia recientemente publicada por este medio, relativa a la entrada y registro por parte de Mossos “en las oficinas del FC Barcelona en busca de pruebas por presuntos pagos indebidos durante la presidencia de Josep Maria Bartomeu, que podría ascender a 30 millones de euros”, tuvo un impacto cero o mínimo en el contexto actual de ‘depre’ del barcelonismo que, a pesar de todo, sigue dentro de esa burbuja de la renovada ilusión generada por el laportismo desde hace más de dos años. Ilusión que va derivando cada vez más en ilusionismo mediante el empleo de una lente que también se va desgastando por el exceso de uso para la recurrente estrategia de ir recordando/deformando el pasado y sus fechorías, eso sí, sin que de momento haya cristalizado una nueva causa ante los tribunales. Globalmente, empieza a ser un truco demasiado viejo y gastado.

Pero era previsible que, tras los malos resultados y el frustrante juego del equipo de este diciembre negro azulgrana, tarde o temprano Laporta fuera capaz de conseguir activar de nuevo a los Mossos, siempre predispuesto a echar un mano por la causa en el contexto de su demostrada conexión con el palco del Camp Nou. Esta vez para darle un chispazo de reanimación a ese dossier durmiente hasta ahora en un cajón de la Fiscalía. Fue la cobarde y desesperada solución de Laporta cuando, a la vista de las conclusiones del Forensic, no se atrevió a querellarse ni contra Bartomeu ni contra nadie: depositarlo en la Fiscalía para que la acusación pública tomase la iniciativa en sustitución de la junta y del propio club.

Existe una extendida y consolidada operativa de la Fiscalía en casos parecidos consistente en inhibirse discretamente si una entidad, como el Barça en este caso, no denuncia por sí misma una actuación de sus gobernantes sospechosa o indiciaria de haberle causado un perjuicio económico y patrimonial, incluso el solo hecho de intentarlo está recogido como infracción por el código penal y civil.

Más o menos lo que había hecho la Fiscalía hasta ahora, dejar dormir el asunto, casualmente activada cuando más necesitaba Laporta abrir otro frente contra Bartomeu, sobre todo después del estallido del caso Negreira, que, si no le implica directamente gracias a la prescripción de los presuntos delitos sí que lo ha situado, como ha dejado claro el juez instructor, en la misma ‘escena del crimen’ y ‘con las manos en la masa’ igual o más que a Rosell y Bartomeu.

Ahora se ha sabido que por orden del Juzgado de Instrucción número 16 de Barcelona se produjo ese registro como consecuencia de “la denuncia presentada por la fiscalía contra el exmandatario azulgrana y otra persona más por las presuntas irregularidades”, en este caso concreto referidas “a las presuntas comisiones por traspasos de futbolistas, como el delantero Malcom quien fue fichado en 2018; pagos excesivos a abogados, algunos de ellos vinculados a algún otro jugador, el presunto fraccionamiento de pagos y la creación de empresas para formalizar desembolsos”. A partir de aquí, la información se infla con los retales de la rueda de prensa de la presentación del Forensic, apuntando posibles indicios en operaciones que, en cualquier caso, siempre acabaron en conjeturas y especulaciones sin concretarse en acusaciones o querellas presentadas ante el juez. El medio habla de una querella interpuesta contra Bartomeu con origen en ese informe Forensic “encargado por el actual equipo directivo de la entidad dirigida por Joan Laporta. El Barça comunicó a la fiscalía en enero del año pasado las conclusiones de ese informe encargado a la agencia Kroll, lo que ha conllevado, tras una ardua investigación, que el ministerio público presentara esta nueva denuncia contra Bartomeu. Es la tercera causa judicial que tiene abierta actualmente el expresidente del Barça. Las otras dos son el ‘caso Negreira’ y el Barçagate”.

En realidad, lo único cierto es que, en efecto, la Fiscalía ha abierto diligencias previas solicitando al club información documental sobre una serie de episodios recogidos en parte en el Forensic. Nada más por ahora, lo que no implica que, a la a luz de estas pruebas pueda finalmente iniciar una instrucción que, lógicamente, debería ser notificada al afectado o investigado, algo que todavía no se ha producido.

Otra cosa distinta es que, pese al secreto impuesto sobre estas diligencias, el requerimiento de documentación enviado al FC Barcelona desde el Juzgado de Instrucción nº16 de Barcelona, o mejor dicho una fotocopia de este, haya sido convenientemente enviado a diferentes periodistas y redacciones con la falsa información añadida de atribuirlo a una querella presentada en firme contra Bartomeu. Los posibles responsables de esta filtración se reducen al propio juzgado, al Club Laietà, al que también se le ha solicitado información o a la junta de Laporta, en este caso más que sospechosa habitual de remover este tipo de confusiones mediáticas. No hace falta recordar la reiterada y embustera insistencia de Laporta desde su reentrada en el club, ya va para tres años, de haber detectado graves actuaciones criminales de la junta anterior que iban a ser denunciadas de forma inmediata ante los tribunales.

Lo grave del asunto, además de promover una información sin fundamento, radica en la perversa intención por parte del filtrador de manipular la realidad dando por hecha la presentación de una querella contra el expresidente Josep Maria Bartomeu anticipadamente al trámite previo a que la Fiscalía reciba la documentación requerida y pertinente, la analice y, sin una posible ampliación de diligencias, resuelva interponer una querella. De sospecharse Laporta y el club ya tenían un conocimiento previo de que la Fiscalía se querellará antes de recibir y estudiar toda la información, el asunto adquiriría una dimensión mucho más grave, igual que si este ‘movimiento’ de la Fiscalía acaba siendo nada más que una ‘colaboración’ solicitada desde la presidencia del Barça para llamar la atención informativa de estos días de ‘calma tensa’ antes de reanudarse la competición (Copa, Liga y Supercopa). Para Laporta, la necesidad de cubrir tantos espacios informativos y de opinión sin una alegría del equipo de Xavi se está convirtiendo en una tortura mediática que tampoco consigue templar del todo ni con la llegada de Vítor Roque.

En este caso, la reacción del propio Josep Maria Bartomeu ha sido la misma que cuando el dossier fue enviado a la Fiscalía, la de ponerse a disposición del Juzgado de Instrucción para dar las oportunas explicaciones sobre cualquiera de los temas objeto de la presunta querella. La Fiscalía nunca respondió a este escrito en el que, además, también solicitaba acceso a la documentación entregada por Laporta. Ahora, lo mismo. Silencio.

La noticia amplia que “las fuentes judiciales y de la investigación apuntan que el juzgado también ha requerido a un letrado la confirmación de un correo electrónico sobre unos honorarios abonados por el Barça, que ascendería a 1,7 millones de euros (se pagó en dos años), por el acuerdo que el club llegó con la fiscalía y la Agencia Tributaria por el impago de impuestos en el fichaje de Neymar. Este pacto implicó exonerar al expresidente del FC Barcelona, Josep Maria Bartomeu, y a su antecesor, Sandro Rosell, para quienes el fiscal pedía dos años y tres meses de prisión y siete años y seis meses, respectivamente, por diferentes delitos fiscales. Además, supuso para la entidad un ahorro de 17 millones de euros”.

Alusión que no deja de ser sorprendente en el caso de Bartomeu porque nunca llegó a estar investigado ni acusado por la resolución judicial del primer caso Neymar y eso fue debido a que, tras tener conocimiento de la querella presentada por el socio Jordi Cases ante la Audiencia Provincial, preventivamente sus abogados aconsejaron realizaron un ingreso complementario y a cuenta en Hacienda por si al final, como así fue, los pagos adicionales al entorno de Neymar podían llegar a interpretarse como salario. Con el paso del tiempo y ante la ausencia de cualquier indicio de los delitos propuestos por el demandante y más tarde por la Fiscalía y por la Abogacía del Estado, no solo la Audiencia Nacional hubo de declararse incompetente, sino que se reformuló la reclamación como un delito fiscal por no haber tributado esos pagos al padre de Neymar como salario, únicamente imputable al club como figura jurídica por la cuantía superior a los 150.000 euros. En ningún caso por intentar evadir la obligación de hacer frente a los impuestos haciendo imposible, al contrario, cualquier reclamación penal contra el presidente del Barça.

Parece extraño que la Fiscalía rebusque en una ‘cosa juzgada’ en la que además Bartomeu nunca estuvo imputado. También el frente abierto contra el acuerdo con el Club Laietà parece un callejón legal sin salida, pues el acuerdo fue aprobado por la asamblea de los socios del Laietà, que habrían podido pedir y conseguir la paralización de las actuales obras del Espai Barça en el caso de no haberse formalizado una compensación económica por las molestias y perjuicios en forma de ruido y de contaminación a causa de los trabajos lindantes con sus instalaciones en la zona del antiguo Miniestadi. Por lo que respecta a las comisiones generadas por el fichaje de Malcom, en su día explicadas y documentadas, pueden chocar con el hecho de que el Barça obtuvo finalmente un beneficio neto de esa operación.

«Se han presentado pagos sin causa, otros pagos con causa falsa, otros pagos han sido desproporcionados y una conducta desleal hacia la administración del club», aseguraba Laporta en la presentación de aquella auditoría Forensic sin dar ese paso de la denuncia directa tal y como también había prometido a los socios repetidamente. Ya empiezan a ser incontables las promesas incumplidas por Laporta usando trucos demasiado vistos y gastados.

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