Sí, indirectamente y sin citarlo, aunque tardó cuatro días en hacerlo desde que estalló el escándalo. La consejera de Igualdad y Feminismos, Tània Verge, no se posicionó en el caso de las acusaciones de acoso sexual a Jordi Matas hasta que no dimitió como vicerrector de la Universidad de Barcelona el pasado 21 de diciembre. Eldiario.es publicó un extenso artículo el 17 de diciembre en el que una estudiante aportaba detalles, mensajes e informaciones concretas sobre el acoso sexual del que acusó a Matas a finales del 2016. Aquella denuncia se resolvió con una reprimenda al profesor que no le impidió que accediera al cargo de vicerrector, del que ahora ha dimitido.
La consellera no dijo nada sobre este caso, ni en mensajes en las redes sociales ni en declaraciones públicas a los medios de comunicación, entre los días 17 y 21. Situación que contrastaba con su contundencia al culpar a Saül Gordillo, cuando fue acusado, en diciembre del año pasado, de agresión sexual a trabajadoras del digital Principal.cat que dirigía. El 21 de diciembre, Verge publicó un post en Twitter donde decía que “No va de sexo. Va de poder. Y se acabó la impunidad. Todo el apoyo a la denunciante. Que se levanten las alfombras y afloren todos los #MeToo. Ofrecemos los servicios de @igualtatcat a la mujer afectada y alentamos a otras potenciales víctimas a romper el silencio”. Además, adjuntó una fotografía de Gordillo que estaba enlazada con el artículo del periódico ARA en el que se informaba de la denuncia de agresión sexual contra él.
Cuando ya había dimitido Matas de su cargo, la consejera de Igualdad y Feminismos subió a X el “protocolo guía de ámbito universitario” elaborado por el gobierno de la Generalitat acompañado de este texto: “A todas las víctimas que, cuando denunciasteis un caso de acoso en las universidades, no encontrasteis la reparación justa que os merecíais: OS CREEMOS. Desde el Govern estamos trabajando con las universidades para provocar cambios sistémicos y que esto no vuelva a pasar nunca más”.
Tània Verge formó parte de la Sindicatura que se creó para velar por el funcionamiento del referéndum por la independencia de Catalunya que convocó el gobierno de la Generalitat el 1 de octubre del 2017. Jordi Matas era el presidente de aquella Sindicatura, lo que explica, para muchos analistas, el silencio de la consejera durante tantos días en un caso que toca de lleno el Departamento que dirige.
