El efecto Messi hunde al Barça de Laporta en los rankings mundiales

Después de diecisiete años sin bajar de la cuarta plaza y de liderarlo entre 2009 y 2013 ahora ha caído al puesto 12º en el de la UEFA y solo un ‘milagro’ le puede llevar al Mundial de Clubs del 2025 con 100 millones en juego

Joan Laporta i Xavi Hernández

El Barça de Joan Laporta y de Xavi, que vive momentos delicados por el bache combinado de juego y de rematadores, a veces alternativamente y otras conjuntamente, se enfrenta a una nueva y sombría realidad en el ámbito del fútbol mundial donde ha perdido fuelle, alejándose de las posiciones destacadas y cabeceras que ha ocupado estos últimos años. En el ranking UEFA, por ejemplo, ha caído hasta la posición 12ª como consecuencia de la caída libre protagonizada por el equipo de la mano del actual entrenador, al que le ha costado dos temporadas pasar de la primera fase de la Champions y que no ha sido capaz de recuperar terreno y prestigio en la Europa League, competición alternativa y de inferior categoría en la que también ha sido eliminado dos años consecutivos antes de llegar a la final.

El drama que se le viene encima ahora mismo se centra en sus escasas posibilidades de participar en el Mundial de Clubs de 2025, un torneo promovido por la FIFA, una especie de Champions intercontinental cuya participación se reserva, por estricto orden de ranking y de títulos, a los mejores clubs del planeta que lo hayan acreditado a lo largo de los cuatro años anteriores.

Para el Barça de Xavi la misión casi imposible es recortarle una ventaja muy complicada de superarle al Atlético de Madrid, que ahora mismo sería el propietario de una de las 12 plazas reservadas a los clubs europeos. Esta primera edición, prevista entre el 15 de junio y el 13 de julio de 2025 en EE.UU., contará con una atractiva recompensa económica por participación, además de suculentos premios en función del rendimiento en el torneo. La FIFA ha establecido un criterio que otorga doce plazas a Europa, seis a Sudamérica, cuatro a la CONCACAF, cuatro a Asia, cuatro a África y un al anfitrión, EE.UU.

De acuerdo con esa clasificación limitada a los coeficientes de cada equipo resultantes de su rendimiento en la Champions League entre las temporadas 2020-21 y 2023-24, al Barça se le ha complicado estar presente en el primer Mundial de Clubs porque el Atlético de Madrid le aventaja en siete puntos y ambos se han clasificado para la disputa de los octavos de final que arrancan hoy formalmente con el sorteo de las eliminatorias. Ayer mismo, en el consejo de la FIFA celebrado en Yeda (Arabia Saudí), el máximo organismo del fútbol mundial confirmó la aplicación de los criterios que determinan el ranking de coeficientes de la UEFA ya en vigor y descartar la otra opción que era medir los resultados en Champions sin los bonus que la UEFA aplica por pasar rondas. En el ranking finalmente retirado, el Barça estaba dos puntos por delante del Atlético de Madrid (62-50), mientras que en el otro, el que cuenta, la ventaja es colchonera por 62 a 55 puntos. El Real Madrid, que ocuparía una de las dos plazas reservadas a la Federación Española, está clasificado automáticamente por haberse proclamado campeón de la Champions 2021-22.

Al equipo azulgrana, además de penalizarle el mal papel de las dos últimas ediciones, le ha acabado de enmarañar las cosas las dos últimas derrotas en la fase de liguilla de esta temporada, frente al Shakthar y el Amberes, de modo que necesita, o bien ganar esta edición para clasificarse, o bien, vía ranking, llegar mucho más lejos que el Atlético de Madrid, teniendo en cuanta que el baremo de puntuación le da cuatro puntos por presencia en la fase de grupos, cinco por pasar a octavos de final y un punto suplementario por cada una de las rondas siguientes superadas, además de dos puntos por victoria y uno por empate en todo el torneo. Estando ambos clasificados para octavos, el margen de maniobra es realmente corto. Se ha de dar un descalabro del equipo de Diego Simeone y una trayectoria impecable de los azulgrana, que habría arrancado con más opciones de haber ganado ambos partidos en la fase de grupos y completado un pleno de victorias. El premio para el campeón del Mundial de Clubs se ha establecido en 100 millones, lo que explicaría el interés de Laporta en que Xavi se llevase a los mejores a Amberes para asegurarse la victoria y sumar dos puntos más en esa otra clasificación.

El ranking UEFA en sí mismo tampoco le depara al Barça ninguna satisfacción, pues había llegado a liderarlo en cinco temporadas entre la 2008-09 y la 2012-13, sin bajar de la cuarta posición hasta la 2021-22, la primera tras el regreso de Laporta a la presidencia y la primera también tras haber echado a Messi del Camp Nou. El resultado fue caer a la sexta posición tras la doble eliminación en Champions y en la Europa League, empeorando al año siguiente con una caída a la novena plaza. Los resultados acumulados le han desplazado finalmente al puesto 12º, por detrás de Manchester City, Bayern, Real Madrid, PSG, Liverpool, Inter, Leipzig, Chelsea, Manchester United, Roma y Dortmund. Inmediatamente detrás de él están Atlético de Madrid, Sevilla, Villarreal y Juventus.

No son buenas noticias para la reputación y el prestigio del club azulgrana que, además, no ha podido capitalizar, al contrario, el extraordinario Mundial de Leo Messi con Argentina. En una semana donde las estadísticas han revelado que el Barça es, por ocasiones desaprovechadas, el equipo más fallón de Europa, las críticas y los comentarios le están recordando a Laporta y a su precipitada y catastrófica decisión de ahorrarse la ficha de Leo que el delantero argentino le proporcionaba al equipo cifras completamente antagónicas en cuanto a puntería, acierto en el remate final y eficiencia. Aunque Lewandowski disimuló un poco en la Liga la ausencia del mejor jugador de la historia, las cifras de Leo en el PSG, en la selección y en el Inter Miami demuestran que hoy, si el equipo era capaz de jugar a favor de sus mejores habilidades para aparecer en el área y no perdonar, Leo seguiría siendo un jugador de valor insuperable, también para la taquilla y la comercialización de la marca Barça.

Hoy no existe la menor duda que el efecto Messi, su ausencia, ha descalabrado al Barça en todos los sentidos, y que su transición hasta la retirada debió gestionarse sin la compulsión de un ahorro que, a la hora de la verdad, Laporta no ha exhibido ni ha impuesto con fichajes con más volumen de comisiones que de rendimiento. Puede que, algún día, el socio recupere la memoria y recuerde que en 2021 lo votaron porque aseguraba la continuidad de Messi. La amnesia lo es todo para Laporta.

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