El expresidente catalán Quim Torra, apartado de la primera línea política y del día a día de los partidos desde su inhabilitación, se mantiene activo como agitador político-cultural independentista, como solía hacer antes de pasar por la Generalitat.
El último fin de semana ha acompañado la presentación del libro Valmanya, el paradís perdut de Francesc Macià, del que es coautor, de un reproche a ERC y Junts por no hacerse cargo de la casa de veraneo de quien fue presidente de la Generalitat entre los años 1931 y 1933.
«La casa del presidente está a punto de derrumbarse. ERC está en los gobiernos de la Generalitat, la Diputación de Lleida y el Ayuntamiento, compartido con Junts. ¿ERC y Junts no hará nada para evitarlo?», preguntó a los dos principales partidos independentistas.
Además, Torra ha difundido el tuit de Albert Velasco, otro de los coautores del libro, que ha reprochado al gobierno de Pere Aragonès que publicara una nota de prensa para comunicar que el gobierno catalán y la Diputación de Lleida «avanzan en las conversaciones con el Ayuntamiento de Alcarràs por la Casa Vallmanya»
«Que el Gobierno de la Generalitat, hoy, haga esta nota de prensa es oportunista e, incluso, feo. Si quieres parar una golpe, debes hacer que no se note», decía Velasco.
La Generalitat ha anunciado contactos con el Ayuntamiento de Alcarràs «para asegurar la conservación de la Casa Vallmanya, residencia familiar de Eugenia Lamarca, esposa del presidente Macià, y residencia ocasional de la propia familia Macià-Lamarca», después de haber descartado este mes de agosto la posibilidad de declarar la casa bien cultural de interés nacional, aduciendo que no tiene valor arquitectónico y no suficiente valor histórico, una conclusión que indignó tanto al ayuntamiento de la localidad como a la plataforma Salvem Cal Macià-Casa Vallmanya.
