Limak intenta triunfar en la prensa gracias a los publirreportajes

La constructora turca con el reto de reconstruir el Spotify Camp Nou en un tiempo récord ha invitado a un grupo de periodistas a Estambul para revertir la mala imagen de su polémico aterrizaje en Barcelona

Joan Laporta, a les obres del Camp Nou

Nada de lo que publica la prensa auspiciada por el laportismo es casual, mucho menos la concentración en este parón de la Liga por el calendario UEFA de reportajes monotemáticos sobre las bondades, la eficiencia y el heroísmo de Limak, la constructora turca agraciada con el gordo del Espai Barça, obra que le puede reportar unos ingresos de casi 1.000 millones si, como se da por seguro, al final se acaban produciendo esas inevitables desviaciones en el presupuesto. Periodistas de diferentes medios catalanes o con edición en Barcelona fueron invitados días atrás, aparentemente por la propia constructora, a sus oficinas centrales en Turquía, donde pudieron conocer detalles de la historia de esta compañía de éxito y sus grandes batallas hasta hacerse con un pequeño nombre entre las grandes del mundo. La posibilidad de recopilar material para sus respectivos medios coincidió, oportuna y estratégicamente, con estos días sin actividad en la ciudad deportiva y sin partidos, de forma que pudieran disponer de espacio para la publicación de amplios reportajes sobre esta desconocida empresa que saltó a la fama internacional gracias al resultado del proceso de licitación de las obras del Camp Nou en la que Joan Laporta decidió quien era el ganador.

Los socios y aficionados barcelonistas han recibido estos días una dosis extra de Limak por tierra, mar y aire como consecuencia de esta campaña de imagen, muy habitual en estos tiempos en que sobre todo los periódicos no disponen de medios ni presupuesto para que sus redactores estrella puedan realizar viajes al extranjero o dedicar recursos a la investigación. La mecánica de invitar a periodistas, tratarlos a cuerpo de rey, ofrecerles dosiers extraordinarios, imágenes exclusivas, y conseguir a cambio bastantes páginas dedicadas a informar amablemente sobre sus proyectos es una antigua, demostrada y eficiente forma de conseguir la difusión de publirreportajes bajo la apariencia y el sello del rigor y la seriedad de las páginas de información. Es lo que se ha hecho toda la vida.

Esta eficiente campaña de promoción de Limak que, tampoco es casual, se ha adornado con la noticia de un bonus extra para la constructora por haber culminado las obras de demolición antes de tiempo, ha dejado, sin embargo, algún detalle escandaloso como párrafos enteros exactamente idénticos en diferentes medios como el siguiente: «Nada hace sombra a la futura sede del Banco Central de Turquía, una mole de trescientos setenta y nueve metros y setenta y dos plantas de altura que se levanta sobre el nuevo centro financiero de Estambul. Las vistas que ofrece desde su azotea parecen no tener fin y, a pesar de que la obra no está aún concluida, su construcción en menos de tres años es de las mejores cartas de presentación con la que Limak podía aparecer en Barcelona para hacerse con la rehabilitación del Camp Nou. La constructora que los amigos Nihat Ozdemir y Sezai Bacaksiz crearon en 1976 es hoy, con el accionariado ya a cargo de sus hijos, la segunda gran compañía en Turquía, con negocios que van desde la generación eléctrica a la fabricación de cemento, pasando por la administración ya sea de infraestructuras como de hoteles, con una planta de seis mil camas. El pasado ejercicio ingresó cuatro mil doscientos millones de euros y consiguió un Ebitda de ochocientos veinte millones (…) Limak es una enorme ignota en España y su capacidad para imponerse a FCC y Ferrovial en el concurso para modernizar y ampliar el estadio del Barça produjo revuelo: pocos creían —y ciertos sostienen el escepticismo— que con una oferta de novecientos sesenta millones pueda ser capaz de dar a tiempo el campo en los plazos requeridos por el club, que demanda poder abrir con un sesenta por ciento del aforo libre en el mes de noviembre 2024 y 2026 acabar todos y cada uno de los trabajos. Limak lleva meses en el tajo y ya ha avisado: cumplirá con el calendario y el coste. El Barcelona solo es el paso inicial para una aventura que le debe permitir ampliar los límites geográficos de su negocio a Europa y Latinoamérica».

Un texto que formaba parte del dosier entregado a los reportaros que, en algunos casos, se han limitado a copiar y pegar, como otro que también se ha reproducido íntegro: ««Cada país tiene una forma diferente de trabajar, así que primero tenemos que acostumbrarnos a aprender y probarnos a nosotros mismos, y después daremos el siguiente paso adelante», asevera persuadida Ebru Özdemir, hija de uno de los creadores y presidente del conjunto en las oficinas que Limak tiene en Estambul».

Los responsables de comunicación de Limak, con el apoyo del área de prensa del FC Barcelona, en encargaron de pulir estos escritos ya redactados para facilitarles el trabajo a los periodistas. La mayoría de los medios ha transmitido sin modificar una sola coma el mensaje y el relato que interesaba transmitir a la afición barcelonista con la finalidad de que conseguir generar un estado de empatía hacia Limak distinto de la mala prensa con la que entró en escena bajo sospechas de favoritismo a la hora de conseguir el contrato del Barça, como también de haberse abierto paso en Turquía y en su zona de influencia a base de malas artes y de explotar a los trabajadores para conseguir una mayor rentabilidad en este tipo de construcciones monumentalistas en las que Limak se ha especializado. Las terroríficas historias sobre cómo consiguió adjudicarse, junto a otras compañías, la construcción el colosal nuevo aeropuerto de Estambul ponían realmente los pelos de punta.

Por este motivo, en algunas redacciones como en El País, la pieza sobre Limak incluye ese mismo texto admirativo, calcado del dosier, y una serie de párrafos sobre las sombras que siempre han acompañado la expansión de Limak en el mercado: «El que fuera líder del principal partido de la oposición, Kemal Kiliçdaroglu, acuñó hace años el término de banda de los cinco para denominar al grupo de constructoras que en los últimos tres lustros se han adjudicado las principales obras de infraestructuras del país e incluyó a Limak. El cofundador de la empresa, Nihat Ózdemir, fue investigado en dos ocasiones por corrupción (por amaños en la concesión de contratos de la empresa pública BOTAS y por su participación en la financiación de la compra del conglomerado mediático Sabah-ATV por parte de un empresario progubernamental), y de la misma forma que ha entrado en negocios, ha salido obteniendo grandes beneficios. Fue parte del consorcio que obtuvo la privatización del monopolio de producción de bebidas alcohólicas y que vendió rápidamente al triple de su precio (…) La última polémica se encuentra en la provincia turca de Mugla, donde se ha talado grandes extensiones de bosque para permitir el avance de una mina a cielo abierto propiedad desde 2014 de Limak, que extrae lignito para alimentar centrales térmicas. También las condiciones laborales de sus trabajadores, especialmente en sus operaciones de construcción, han sido objeto de críticas: decenas de muertes laborales (reconocidas por el Gobierno turco) en el aeropuerto de Estambul, una huelga en el Centro Financiero de Estambul cuando una subcontrata de Limak dejó dos meses sin pagar a sus operarios o problemas vinculados con las condiciones laborales de sus trabajadores».

Limak sabe que se la juega en el Camp Nou, donde la presión para cumplir con los plazos y con los costes aumentará a medida que avancen las obras y se acerque la hora de la reapertura. En realidad, sin embargo, para noviembre de 2024, dentro de un año, el compromiso se centra en plantar césped y reabrir al público parte de la primera y de la segunda graderia a las que las obras no afectan estructuralmente. Nada que no pudiera cumplir cualquier otra constructora en idénticas circunstancias. El examen y la dificultades empezarán a partir de que el primer equipo deba seguir jugando en el Spotify compatibilizando las obras con los partidos. Probablemente hará falta otro viaje de periodistas a Estambul con todo pagado y los dosiers de prensa bien afilados.

Todo ello una maniobra defensiva sospechando que, como así ha sido, en algún momento salieran a la luz las condiciones esclavistas de los trabajadores subcontratados por Limak para las obras del nuevo estadio del Barça, impresentables y muy alejadas de los valores de los que presume la junta de Laporta, según ha publicado El Periódico en una primera entrega sobre el terror laboral que esconden las grandes cifras de eficiencia y ahorro de las que presumen Limak y el Barça de Laporta. Está claro que este medio no fue invitado a Estambul ni lo controla el potente aparato laportista de comunicación.

(Visited 95 times, 1 visits today)
Facebook
Twitter
WhatsApp

NOTÍCIES RELACIONADES

avui destaquem

Deja un comentario