Aigües de Barcelona se prepara para reducir la presión en el área metropolitana cuando se entre en emergencia de sequía

La estación de regeneración del Besòs permitirá dejar de depender de la lluvia en futuras crisis

Estació de regeneració d'aigua del Prat de Llobregat

Aigües de Barcelona prevé que en los próximos días más municipios entren en fase 1 de emergencia por sequía, lo que supondría nuevas restricciones, entre otros, en el área metropolitana de Barcelona. Para preparar este nuevo escenario, la compañía hace dos meses que hace pruebas de reducción de la presión en la red.

Según el coordinador del Plan de Sequía de Aigües de Barcelona, Josep Lluís Armenter, estas restricciones se han podido hacer “sin incidencias” y, por lo tanto, la red está “preparada” para aplicarlo en los municipios que se sitúen por encima de los límites fijados por la Agència Catalana de l’Aigua (ACA).

La reducción de presión, cuando se empiece a aplicar, será inicialmente en horario nocturno para intentar que la afectación a los usuarios sea mínima.

Armenter explica que actualmente todos los municipios del área metropolitana están dentro de los límites establecidos por la situación de excepcionalidad y que muchos de ellos también cumplirían con los consumos máximos si se pasa a fase 1 de emergencia. Aun así, estos datos son flotantes y Aigües de Barcelona ha querido poner a prueba la red con un “espíritu de anticipación”.

“Hemos evaluado como realizar la reducción de presión en los municipios donde se puedan superar los límites”, explica el coordinador del Plan de Sequía. En la fase 1 de emergencia, el límite de consumo por habitante y día en los municipios del área metropolitana seria de 200 litros, cuando actualmente es de 230.

En los municipios donde se pueda estar por encima de estos 200 litros se empezarían a aplicar restricciones de presión en horario nocturno; después se pasaría al horario diurno, en caso de no llegar al umbral fijado por el ACA, y finalmente se evaluaría la posibilidad de regular con mayor intensidad el nivel de reducción de la presión en la red.

Según Aigües de Barcelona, con las pruebas efectuadas durante los meses de septiembre y octubre a diferentes puntos del área metropolitana, incluida la ciudad de Barcelona, el impacto de la reducción de la presión en la red solo se notaría en los pisos altos de los bloques de más envergadura. En el resto, dice, la medida es prácticamente imperceptible.

Con todo, la compañía justifica medidas como esta en una situación que es “la más grave” de los últimos 70 años. Más a largo plazo, Aigües de Barcelona también prevé actuaciones para afrontar con más garantías futuras sequías, puesto que la previsión es que este tipo de crisis climáticas sean cada vez más cíclicas.

En este sentido, la apuesta de la compañía es la regeneración de agua, un tratamiento que ya se hace en la Estació Depuradora de Aigües Residuals (EDAR) del Baix Llobregat. Desde ahora hace un año, la planta envía 1.500 litros de agua por segundo aguas arriba del río hasta Molins de Rei. Allá se mezcla con el caudal del río y se potabiliza en la Estació de Tractament d’Aigua Potable (ETAP) de Sant Joan Despí.

Actualmente, este proceso permite que el 25% del agua del sistema de abastecimiento sea regenerada. La experiencia se quiere replicar ahora al extremo Besòs, con una intervención valorada en 1.500 MEUR y que está financiada por los fondos europeos Next Generation. La previsión es que la obra, que todavía no tiene fecha de inicio, se alargue entre tres y cuatro años y permita generar 180 hectómetros cúbicos anuales de agua regenerada, un 15% del consumo del área metropolitana.

Los técnicos de Aigües de Barcelona defienden que el despliegue de la regeneración permitiría dejar de depender del agua de lluvia y garantizar la resiliencia hídrica de los 5 millones de habitantes de la región metropolitana. “Queremos desvincularnos de la necesidad que llueva”, afirma el coordinador del Plan de Sequía de Aigües de Barcelona.

Además de los beneficios en cuanto al abastecimiento de agua, la regeneración es tres veces más barata que la desalinización y la huella de carbono es también la mitad. La futura ETAP del Besòs compartiría, en parte, instalaciones con el actual EDAR y habría que hacer también algunas instalaciones adicionales en algún punto del cauce del río que todavía no se ha concretado.

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