El rapero mallorquín Josep Miquel Arenas, Valtònyc, ha explicado que seguirá viviendo en Bruselas aunque el delito por el que se le acusaba haya prescrito. «Ahora soy ingeniero de software. Me gusta mi trabajo y quiero seguir allí desarrollándome como profesional y como persona», ha añadido en una entrevista en RAC1 después de estar cinco años y medio en Bélgica para evitar cumplir tres años y medio de cárcel por amenazas, enaltecimiento del terrorismo e injurias a la corona. Valtónic ha asegurado que el exilio ha sido «muy duro» aunque haya personas que piensan que ha vivido un Erasmus, y ha explicado que el peor momento fue tener que vivir por Skype el entierro de su madre.
Valtònyc ha afirmado que no volvería a hacer las mismas letras de las canciones, pero no porque esté arrepentido, sino porque ha cambiado. Asimismo, ha dicho que ni perdona ni olvida lo que le ha pasado ya que, según ha añadido, se trata «de un estado opresor que juega con la vida de la gente por un pasado franquista que no han sabido curar». El rapero también se ha refirido al «juicio político» que tuvo, y está convencido de que le condenaron porque había una «crisis del régimen del »78″ y se debía «dar ejemplo».
Valtònyc ha explicado que el abogado Gonzalo Boye le comunicó el 26 de febrero que su caso prescribiría porque el fiscal general del Estado se había pronunciado a favor, y sólo faltaba que el juez lo firmara, pero no tuvo más noticias hasta el 27 de octubre, cuando Boye le aseguró no ser un delincuente. Al día siguiente, el rapero ya se marchaba de Bruselas, e hizo el primer tramo de coche acompañado del expresidente de la Generalitat de Catalunya, Carles Puigdemont, hasta la frontera con Francia, y admitió que le hubiera gustado que pudieran volver juntos a Cataluña, puesto que habría sido «más coherente».
El rapero también se ha referido a su infancia «muy dura». «Con la infancia que he tenido es un milagro que esté aquí vivo con libertad. La gente como yo acaba en prisión, muerto por sobredosis o se acaba suicidando», concluyó.
