El Nasdaq amenaza a Barça Media con echarla antes de empezar a cotizar

Le ha dado un ultimátum de 45 días a la Spac de Mountain & Co por no haber informado de la fuga de inversores tras el aplazamiento solicitado por Laporta, que no encuentra ni siquiera compradores para el 49% de Barça Studios

Joan Laporta, durant la darrera assemblea del Barça

El futuro de Barça Media como central azulgrana de contenidos audiovisuales y de la explotación de activos virtuales y digitales se ensombrece cada día que pasa, ahora como consecuencia del aviso y de la amonestación que el propio Nasdaq le ha dado a Mountain & Co I Acquisition, la sociedad a través de la que se iba a canalizar el proceso de salida a bolsa en forma de SPAC. La irregularidad denunciada deriva de su incumplimiento por no informar de una reducción de sus inversores y del capital.

La fuga de los socios interesados en principio en la capitalización de la SPAC, atraídas por el renombre y la maniobra de propaganda desde Barcelona en los EEUU, se produjo cuando el propio Joan Laporta hubo de pedir un aplazamiento formal al mes de marzo próximo a causa de sus propias dificultades para cerrar de una vez por todas la cada vez más frustrada y fallida venta de Barça Studios, que sólo ha conseguido cobrar 40 millones de los 200 millones anunciados, informados y aprobados por los socios en asamblea hace ya más de un año.

El regulador ha tenido noticias no oficiales de la última junta de accionistas de Mountain & Co en la que, como resultado de este enfriamiento, hubo inversores que retiraron los fondos, porque tenían derecho a hacerlo, mientras que otros, con diferentes condiciones, prefirieron conformarse con esperar a que las expectativas mejoren, pues en caso de dar un paso atrás habrían perdido el cien por cien de su apuesta.

Una situación que, obligadamente, la sociedad debía ser informada al Nasdaq en tiempo y forma correctos. Al no ser así, se ha tramitado la correspondiente notificación, incluida la amenaza de expulsarla de su actual estatus de sociedad dormida a la espera de ese potencial negocio alrededor de Barça Media.

Según informaciones contrastadas, el Departamento de Cualificaciones de Cotización del Nasdaq envió una notificación el día 9 de octubre pasado, advirtiendo que la compañía ya no cumplía la norma de cotización que exige un mínimo de 400 titulares totales para seguir cotizando en el Nasdaq Global Market, ofreciendo un plazo de 45 días naturales para presentar un plan convincente de recuperación. En un escrito de respuesta, la compañía se ha comprometido a «tomar todas las medidas razonables disponibles para recuperar el cumplimiento de la regla».

Esta circunstancia negativa, en el caso de no producirse un giro a favor del proyecto, enterraría definitivamente la posibilidad de ampliar hasta un límite todavía más fantasioso e irreal esa palanca fantasma, por lo que se está viendo imposible de convertirse en una herramienta capaz de generar ingresos.

Al revés, este nuevo escenario produce un efecto adverso de desconfianza que viene a complicar el futuro de Barça Media y, de rebote, de la aventura financiera cada vez más peligrosa de Barça Studios. Si la desidia y el abandono de los primeros socios, Orpheus Media y Socios.com, obligó a rehacer la financiación y a anunciar en un comunicado oficial la inversión asegurada del fondo de inversión Libero y de una agencia financiera especializada, Nipa Capital, portadora también de nuevos y poderosos inversores, la deserción final de Libero y el oscurantismo de los 20 millones aportados por una empresa desconocida (chipriota según algunos, croata según otros) han sido la causa principal de la desconfianza de Mountain & Co a la hora de dar un paso definitivo, de momento sin penalizaciones. Habrá que ver si, desde la junta azulgrana, desesperada, la apuesta se mantiene en otra de esas patadas hacia delante.

El globo se está hinchando cada vez más arriesgadamente para la estructura económica del Barça de Laporta debido a que sigue faltando el dinero de la primera fase de la venta de Barça Studios y a que, además, el club se ha dado un ingreso contable de 208 millones en base al valor del 51% de las acciones de la compañía, tras haber colocado el 41% por 200 millones. Si la segunda parte, que es incierta, improbable y ahora mismo imposible, es la que soporta la primera, existe la amenaza de que en el ejercicio actual haya que aprovisionar -o sea, contabilizar como pérdida- la falta de inversión y, a la larga, la pérdida de valor de Barça Studios. La iniciativa, torpe y falsa desde el principio, que sólo fue un recurso de emergencia para la inscripción de Lewandowski y compañía el verano de 2022, también ha comprometido gastos a consultoras de 9,1 millones para encontrar inversores, lo que suponer haber invertido esos 9,1 millones para haber cobrado sólo 40 millones de 200 millones.

El mal olor de toda esta operación, en un momento en que el mercado de las criptomonedas y el negocio de los activos digitales no atraviesa el mejor momento, se extiende en el entorno de una economía azulgrana tocada de muerte, digan lo que digan Laporta, Romeu y el auditor, pues sin ese valor acumulado de Barça Studio en las cuentas, cada día más ficticio, los estados financieros y el balance serían de tal extrema precariedad que se pondría en duda, como ya ha hecho el auditor, el principio de empresa en funcionamiento.

La apuesta de Evarist Murtra al vicepresidente económico sigue ahí sin respuesta desde la junta: «Señor Romeu -escribió en La Vanguardia-, me jugaría un café a que habrá que aprovisionar total o parcialmente esta plusvalía de la que tanto presumió el otro día». Más allá de una alusión por parte del presidente sobre la actitud demagógica de algunos personajes del entorno, nadie del club ha salido a discutirle esta bravata.

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