Denuncian que la herencia del mecenas Pere Mir ha sido mal administrada

Una parte importante de su patrimonio no se habría aportado a la Fundación Cellex y habría servido para financiar el proceso independentista

El empresario químico Pere Mir
El empresario químico Pere Mir.

¿Ha servido la fortuna del empresario químico Pere Mir, fallecido en 2017 sin dejar descendencia, para financiar al movimiento independentista y, de manera especial, al núcleo de Waterloo del ex-presidente Carles Puigdemont? Esta es la tesis que apunta el periodista Jesús Cacho en un artículo publicado por el diario digital Vozpópuli.

En la actualidad, el Servicio de Supervisión y Protectorado de Fundaciones, dependiente del departamento de Justicia de la Generalitat, mantiene una investigación abierta sobre la Fundación Privada Cellex, a través de la cual Pere Mir desarrolló una intensa y encomiable tarea de mecenazgo científico. El objetivo de este expediente es averiguar si, realmente, el patrimonio acumulado en vida por este empresario y su esposa, Nuria Pàmias, ha ido a parar íntegramente a la fundación y se ha gestionado correctamente.

El promotor de esta investigación del departamento de Justicia es Àngel Surroca, que durante décadas fue el vicepresidente y consejero delegado del emporio empresarial creado por Pere Mir, Derivados Forestales. En síntesis, Àngel Surroca sostiene que los albaceas del testamento de Pere Mir i Nuria Pàmias hicieron “trampas” y no aportaron a las arcas de la Fundación Privada Cellex la totalidad de los bienes del matrimonio, en Cataluña y en el extranjero. Los albaceas señalados son Jordi Segarra, que es el presidente de la fundación; el doctor Josep Maria Tabernero y el abogado sabadellense José Francisco Capellas.

Según el periodista Jesús Cacho, el albacea y máximo responsable de la fundación, Jordi Segarra, es un connotado soberanista. Pero resulta chocante que el abogado que, en nombre de Àngel Surroca, ha presentado la demanda ante el departamento de Justicia es también un destacado independentista, Josep Cruanyes, que en los últimos años ha liderado la Comisión de la Dignidad y la campaña por el retorno de los Papeles de Salamanca; además, fue vicepresidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) en el convulso periodo 2018-20.

De su conocimiento profundo del grupo empresarial que dirigió y de la vida privada de su fundador, Àngel Surroca calcula que el legado que dejaron Pere Mir y su esposa era superior a los 400 millones de euros, una cifra que otras fuentes elevan hasta los 1.000 millones. En cambio, los responsables de la Fundación Privada Cellex rebajan la herencia a solo 40 millones.

La clave de todo sería conocer el testamento del matrimonio Mir-Pàmias y la relación de bienes inventariados, pero este documento se mantiene en secreto, bajo siete llaves. La demanda del abogado Josep Cruanyes reclama, precisamente, que el Protectorado de Fundaciones de la Generalitat localice e investigue este testamento.

Àngel Surroca detalla una serie de bienes del empresario en Cataluña, Argentina y Suiza, que incluye el legado de la familia de Nuria Pàmias, incorporado también a la herencia del matrimonio, y que no constan en el patrimonio de la fundación. El texto de la demanda revela un caso concreto de aparente mala praxis por parte de los albaceas. En efecto, en diciembre del 2018, Jordi Segarra hizo donación de la mitad indivisa de una finca y garaje situados en el Valle de Arán al doctor Tabernero y de la otra mitad a su esposa, Anna Riera Domenech. Una propiedad valorada a efectos del pago de los impuestos correspondientes en un millón de euros, y una donación que, “si se hace con bienes de los cuales es titular la Fundación Cellex, supone un perjuicio patrimonial claro para ésta”.

La denuncia se pregunta, además, qué ha pasado con las joyas de Nuria Pàmias, con la colección de relojes, con  la pinacoteca, con la biblioteca de su domicilio en Suiza, con los muebles y objetos de valor de los pisos de Barcelona, con el barco Danae, con los diferentes amarres, con los terrenos en Sant Celoni, etc., propiedades que “no aparecen reflejadas en las cuentas ni en las memorias presentadas al Protectorado de Fundaciones, ni se han inventariado”.

Según apunta Jesús Cacho, esta enorme fortuna que, supuestamente, se habría hurtado a la Fundación Privada Cellex ha sido empleada para financiar el proceso secesionista y, en concreto, al sector postconvergente, dada la estrecha relación que se estableció entre Artur Mas y Pere Mir. Es por eso –siguiendo esta tesis de Vozpópuli, que el departamento de Justicia de la Generalitat, en manos de Esquerra Republicana, ha decidido ir a fondo en la investigación de este expediente, para ver si encuentra trapos sucios de financiación irregular que puedan implicar a Junts x Catalunya o al entorno del ex-presidente Carles Puigdemont. Por su parte, desde la fundación que preside Jordi Segarra aseguran que todo está en orden y que están la mar de tranquilos.

Mecenas de la ciencia catalana

Pere Mir creó, en 2002, la Fundación Privada Cellex, que ha liderado en los últimos años las aportaciones del sector privado al progreso científico de Cataluña. Algunos proyectos que ha financiado son el Instituto de Ciencias Fotónicas, el Centro de Investigación Biomédica de la Universitat de Barcelona, el Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS), el Vall d’Hebron Instituto de Oncología, y el programa CiMs+CELLEX de becas para alumnos de bachillerato, especializado en ciencia y matemáticas. Se calcula que a esta tarea de mecenazgo Pere Mir dedicó en vida unos 120 millones de euros.

*Puedes leer esta información en la edición de esta semana de la revista EL TRIANGLE

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