Un monstruo con dos cabezas

Leo en la prensa el señalamiento hacia una escuela de Sabadell. Un titular tendencioso, sectario, calumniador, una mentira como otras, auspiciada en este caso por una entidad llamada “Asamblea por una escuela bilingüe” (AEB). «Un colegio de Sabadell prioriza el árabe al castellano”, asegura el periodista que lo firma. Conozco ese colegio, la zona donde está situado. Incluso tengo compañeros y compañeras allí trabajando. No se merecen ese escarnio, ese insulto, esa sarta de mentiras que, como digo, vienen de la mano de una asociación que, con la excusa de defender el bilingüismo en la escuela, esconden una catalanofobia muy obvia. Pude saber cómo piensan al escuchar a Ana Losada en la I Jornada de políticas lingüísticas organizada por Federalistes d’Esquerres en marzo de este año. Desgraciadamente, y así se lo hice saber en persona, su actitud no fomentaba la convivencia; al contrario, sus aseveraciones eran incendiarias, al hacer una lista de agravios contra situaciones de dudosa veracidad. Daba a entender que todos, absolutamente todos los alumnos que se atrevían a hablar castellano en las aulas o en el patio, eran maltratados, vilipendiados, humillados. Y eso no es verdad. Aun considerando que algunas fueran ciertas, la realidad de la escuela en su conjunto no es esa. En el fondo, ese monstruo, el de la intolerancia, sobrevive con otra cabeza, la de la ANC, otra entidad que se basa en el odio, esta vez hacia todo lo que huele a España. Las dos cabezas pensantes se dan golpes la una contra la otra y el cuerpo hace lo posible por no escucharlas. Porque el cuerpo somos la mayoría. Ya me entienden.

La escuela de Sabadell contra la que se ha ensañado la prensa de extrema derecha hace un trabajo encomiable. Con una mezcla de culturas y de religiones, trabajan cada día por el entendimiento, por intentar sacar a aquellos alumnos de esos barrios estigmatizados, donde la pobreza es el pan de cada día. Y la lengua no es lo más importante y sí lo es la comprensión, la capacidad de empatizar con sus problemas, la amplitud de miras y el talento suficiente para aglutinar todos los esfuerzos posibles con el objetivo de sacar adelante a unos niños y niñas a esta sociedad que va a intentar comérselos en cuanto pueda. Y claro que ofrecen árabe en horario extraescolar, como otras que ofrecen chino o alemán si hay demanda de las familias. Pero, claro, es el árabe el que molesta. Ya lo entiendo todo. Y repito, la lengua tiene la consideración que se merece, porque lo fundamental es entenderse. Y para eso, se utiliza el arameo si es necesario. Ningún educador va a priorizar el catalán si este no es comprendido por su interlocutor. Ni en esa escuela ni en ninguna. Siempre podemos encontrar a un energúmeno. Yo también los he conocido, pero querer convertir a un elemento estúpido en el conjunto, solo tiene un nombre, maldad. Ese no es el camino, ni el de la AEB ni el de la ANC. Cuando seamos capaces de cortar esas dos cabezas, de enterrarlas para siempre, seremos verdaderamente humanos. Mientras tanto, lo mejor, ignorarlas, porque las lenguas son para unir, no para separar, no para crear animadversión y resentimiento contra sus hablantes. A mí, que me llamen para la reconciliación, nunca para la confrontación. Desde estas líneas, todo mi apoyo a los educadores de la escuela Joan Montllor de Sabadell y a todos los que trabajan sin descanso por la convivencia.

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