La Barcelona acogedora de Najat el Hachmi

Los pregones de Mercè son difícilmente comparables. Cada uno tiene su enfoque y su valor. Por eso no me atrevo a decir lo que me venía a la cabeza cuando pensava cómo resumir en una frase, en un titular, el que hizo la escritora Najat el Hachmi el pasado día 22. Me pareció un pregón comprometido, progresista , de denuncia de injusticias y despropósitos que afectan a la convivencia y la vida de la gente en Barcelona y en muchos lugares del mundo. ¿El más comprometido de la historia de las pregones de la Mercè? Decirlo seguramente sería injusto para muchos pregoneros que han precedido a El Hachmi y que también aprovecharon su discurso para denunciar lo que funciona mal en la ciudad y en la sociedad.

El Hachmi fue contundente contra el racismo, el machismo y la explotación sexual. También contra el ‘comunitarismo’, la tendencia a encerrar a las personas en grupos homogéneos que se aíslan del resto de la sociedad. Diluir a los individuos en colectivos movilizados por un solo argumento: la religión, la nación, la etnia. Pero también contra el hiperindividualismo que nos convierte en seres egoístas, que sólo pensamos en nosotros, y nos lleva a ignorar el dolor de quienes se ahogan en el Mediterráneo intentando llegar a nuestro país o, incluso, a nuestros padres y madres, gente de edad avanzada que aparcamos en residencias y visitamos sólo de vez en cuando.

La pregonera es consciente de que los estados y los gobiernos tienen gran parte de responsabilidad en las injusticias que denuncia, desde las políticas de inmigración de países como el nuestro hasta la preeminencia en otros de predicadores misóginos que pretenden decidir cómo visten y cómo piensan las mujeres. Pero, al mismo tiempo, reclama la implicación de cada uno de nosotros en la atención a las personas más vulnerables y las que sufren abusos sociales. Por eso se preguntó: «¿Queremos que Barcelona sea una ciudad hospitalaria y acogedora?». Y su respuesta fue: “¡Pues, seámoslo todos!”.

Hacia el final de su discurso apareció la palabra fraternidad. «La respuesta a los cantos de sirena de los comunitarismos debe ser la fraternidad, huir de las tribus, no volver al ‘nosotros’ contra ‘los demás'», dijo.

«Más acogedores y fraternales y menos individualistas y tribales» podría ser el título que buscaba para esa crónica.

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1 comentario en «La Barcelona acogedora de Najat el Hachmi»

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