Los medios que cubren la actualidad azulgrana, los mismos que habían dedicado espectaculares y admirativos titulares ante la inminente salida a bolsa de Barça Media, no han dedicado ni una línea a la noticia de su aplazamiento, al menos hasta marzo del año que viene, debido a que la propia junta azulgrana no ha sido capaz de capitalizar todavía esa sociedad -antes Barça Studios- abierta a la entrada de inversores, de los cuales dos en concreto inicialmente debían ser Socios.com y Orpheus Media, que hace más de un año adquirieron aunque no pagaron por el 49% de las acciones.
En otra demostración de improvisación por parte de Joan Laporta, y con la ausencia de un interés auténtico por la posible comercialización y explotación de los contenidos de Barça Media, tanto en el ámbito audiovisual como en el nuevo universo digital, la maniobra para mantener con respiración artificial un proyecto que en realidad ha nacido muerto ha requerido que el propio promotor bursátil cambiara sus reglas internas de funcionamiento.
En circunstancias normales, el socio en esta aventura, Mountain & Co, una SPAC por su estructura y naturaleza -es decir, una sociedad vacía de activos y de un propósito comercial definido, creada con el único propósito de servir a otra empresa, en este caso Barça Media, para facilitar su aparición en el Nasdaq de Nueva York-, habría dado carpetazo al tema en su junta celebrada el fin de semana pasado, una vez conocido y admitido por Laporta el incumplimiento azulgrana de los plazos previstos para formalizar ante las autoridades financieras americanas la solicitud de entrar en el índice tecnológico.
El plan de haberla cursado el próximo día 9 de noviembre, como estaba previsto, se frustró del mismo modo que, repetidamente, ha fallado el compromiso de los propios y presuntos accionistas de la sociedad original (Socios.com y Orpheus Media) que han puesto claramente de manifiesto su incredulidad y dudas en el proyecto retirando parte de su participación en favor de Libero y NIPA Capital, los anunciados nuevos propietarios del paquete minoritario de Barça Media.
Por su parte, este relevo, forzado por la inexplicable y tolerada decisión de Laporta, también imprudente, de no exigir en tiempo y forma los 60 millones pendientes del segundo plazo de una compra dimensionada en 200 millones, también se viene retrasando, pues de la inversión comprometida para salvar el mercado de verano azulgrana sólo llegaron 20 millones.
Un escenario vergonzoso para la imagen y la seriedad corporativa de un club como el FC Barcelona, aunque por desgracia demasiado habitual en el universo financiero y económico de Laporta, caótico e impresentable, del que él mismo ha sido víctima a causa de esa primera operación, falsaria, con Socios.com y Orpheus Media de agosto de 2022, y de una segunda y también pseudofallida venta de lo mismo hace apenas unas semanas. Los nuevos inversores también incumplieron con el segundo pago apalabrado, uno de 40 millones, de forma que la junta de Laporta no tuvo otra salida que cubrir ese vacío con avales y pagarés que serán ejecutados si el dinero no llega finalmente.
El otro daño colateral de este segundo fiasco ha afectado, como es lógico, a la fantasiosa aventura del Nasdaq hasta el punto de que -se sospecha- al hacer entrar en el juego a Mountain & Co lo que Laporta pretendía era atraer a esos inversores que entre Libero y NIPA Capital habían de compensar la fuga de Jaume Roures (Orpheus Media) y de Socios.com. Es decir, una maniobra más mediática que otra cosa para que alguien más, además de una sociedad chipriota ignota y desconocida, se decida a poner dinero en un proyecto con más riesgos evidentes y conocidos que expectativas.
Laporta se juega más que el prestigio propio y el del Barça en esta apuesta por llevar Barça Media al Nasdaq en el caso de una renuncia, arriesgándose a una penalización económica si la iniciativa sigue avanzando. Por ese motivo, después de comunicar que la sociedad aún no ha sido capitalizada formalmente, ha conseguido simular un aplazamiento para documentar la operación antes del 9 de marzo de 2024. Así lo acordó su junta de accionistas en una reunión extraordinaria después de votar una modificación de los términos del acuerdo con el Barça, incluyendo una extensión y, así, votar y aprobar el aplazamiento. Según los medios especializados que han informado del abandono de una parte de los inversores con derecho al reembolso de su participación de esta SPAC, de la cual el principal accionista es el empresario alemán Cornelius Boersch, consejero delegado de Mountain & Co y promotor de la misma, que controla un 17,6% de los títulos, en su caso de clase B, no reembolsables. Le siguen los fondos Saba Capital Managemen, Glazer Capital, Highbridhge Capital y Calamos Market Neutral Income Fund.
La operativa, en el caso de que prospere, pasa por registro previo de Barça Media en los Países Bajos buscando también cierta flexibilidad en los asuntos fiscales, aunque quizá menos que el tratamiento de Mountain & Co, domiciliada en las Islas Caimán con el objetivo de fusionarse con la filial azulgrana para salir a cotizar con una valoración de 900 millones de dólares.
Los analistas evitan pronunciarse sobre la realidad de una operación tan claramente torcida desde un primer momento en el que los presuntos inversores europeos que mejor conocen el mercado y la situación del FC Barcelona actual han desistido en buena medida y otros, que han puesto un primer pie en ese invento, se lo están pensando. La sensación es que también saldrán corriendo o que Laporta intentará buscar un inversor más ingenuo que, de una vez por todas, capitalice lo que falta de Barça Media, que todavía es mucho. La mala noticia de un aplazamiento de la salida a bolsa, con enormes probabilidades de que finalmente se acabe frustrando, tampoco es el mejor reclamo para encontrar a alguien verdaderamente interesado. Este otro teatrillo de Laporta también parece desmoronarse.
