Indicios del colapso de nuestra civilización

Jared Diamond, en su éxito de ventas del 2005 Colapso: Por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen, analiza civilizaciones pasadas que se enfrentaron a severos choques climáticos, ya fuera adaptándose y sobreviviendo o no adaptándose y desapareciendo. Los tres ejemplos de colapso son la cultura Pueblo de Chaco Canyon, Nuevo Mexico (EUA), la antigua civilización maya de Mesoamérica y los colonos vikingos de Groenlandia. Estas sociedades implosionaron cuando sus élites gobernantes no pudieron adoptar nuevos mecanismos de supervivencia para hacer frente a condiciones climáticas que los efectuaban. Al final, se derrumbaron y sus habitantes murieron de hambre, se mataron unos a otros o emigraron a otro sitio, dejando solo ruinas.

Susana Alonso

La pregunta que muchos nos hacemos hoy es: ¿Nuestros dirigentes lo harán mejor que los gobernantes del Chaco Canyon, los mayas o la Groenlandia vikinga? Esta pregunta suscita debates cada vez más ardientes y emocionales. Hay mucha gente que cree que en caso de que se dé este temido colapso, será de aquí a muchos años y que antes alguna solución tecnológica se encontrará. Hasta donde yo sé no hay ningún indicio de que esta solución esté tecnocientíficamente fundamentada y se vea venir.

Aunque no tenemos registros escritos contemporáneos que nos digan cómo reaccionaron aquellas élites gobernantes, las pruebas arqueológicas sugieren que persistieron en sus modos tradicionales hasta que la derrota fue inevitable. Muchas voces de diferentes sectores consideran que nuestra civilización contemporánea se está arriesgando al colapso si no se toman las medidas adecuadas para frenar el calentamiento global y el deterioro de la biosfera.

Según un informe de 2022 elaborado por la Agencia Internacional de la Energía (AIE), si se mantienen las políticas gubernamentales actuales, el consumo mundial de petróleo pasará de los 94 millones de barriles diarios en 2021 a unos 102 millones de barriles estimados 2030 y después se mantendrá en este nivel o cerca hasta 2050. El consumo de carbón, aunque se espera que disminuya después de 2030, sigue aumentando en algunas zonas del mundo. Se prevé que la demanda de gas natural también aumente.

El mismo informe de la AIE de 2022 indica que las emisiones de dióxido de carbono pasarán de los 19.500 millones de toneladas métricas en 2020 a unos 21.600 millones de toneladas en 2030 y se mantendrán aproximadamente en este nivel hasta 2050. El metano, otro de los principales componentes de los gases con efecto invernadero, seguirá aumentando, gracias al aumento del consumo de gas natural. No es de extrañar que los expertos en clima predigan que las temperaturas medias mundiales pronto superarán los 1,5 grados centígrados por encima del nivel preindustrial. Esta cifra es el máximo nivel que los expertos creen que el planeta puede absorber sin experimentar consecuencias irreversibles y catastróficas, incluida la muerte del Amazonas y el deshielo de las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida (con un aumento del nivel del mar de un metro o más).

Julio del 2023 ya se ha declarado el mes más caluroso jamás registrado y también es probable que todo el año sea el más caluroso de la historia. Para mí, hay acontecimientos recientes que son verdaderamente inquietantes. Uno son los incendios en Canadá: este agosto, hubo más de 1.000 incendios forestales sin precedentes, se atribuyen a efectos del cambio climático. Han destruido cientos de casas y otras estructuras, al tiempo que han enviado humo cargado de partículas a las ciudades canadienses y americanas. Todos sabemos de los brutales incendios en España, Grecia, Suecia y otros lugares de Europa.

La megasequía del oeste americano ha ido acompañada de otro indicador de cambio ambiental constante: la disminución constante del volumen del río Colorado, la fuente de agua más importante de la región. La cuenca del río Colorado suministra agua potable a más de 40 millones de personas en Estados Unidos y, según economistas de la Universidad de Arizona, es crucial para 1,4 billones de dólares de la economía estadounidense. Otro hecho son las inundaciones en China de este verano, consecuencia de lluvias inusualmente intensas acompañadas de graves inundaciones, las más importantes en los últimos 140 años.

Somos muchos los que pensamos que los precursores del colapso de nuestra civilización ya son evidentes. ¿Nos ocurrirá lo mismo que lo sucedido a los habitantes del Chaco, los mayas y los vikingos groenlandeses?

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