El Montseny sufre los efectos de una sequía “inédita”

Fuentes y torrentes están al 10% de su capacidad y grandes masas forestales se están muriendo

Torrente junto al núcleo de Mosqueroles (ACN)

El macizo del Montseny, uno de los espacios naturales más húmedos de Cataluña, también está sufriendo con fuerza los efectos de la sequía. Torrentes y fuentes secas o con muy poca agua y grandes extensiones de bosque muerto son los signos más evidentes de una situación prácticamente inédita en la zona. Quienes lo están sufriendo más son los campesinos y ganaderos, que se están quedando sin agua para dar a los animales o para cultivar, y el sector turístico. «Si no fuera por las cubas de agua que me van llevando tendría que cerrar», apunta Alfons Planas, presidente de la Asociación de Ganaderos y Agricultores del Montseny (ARAM).

Los gestores del parque natural reconocen que la situación es «muy preocupante» y que si se mantiene puede cambiar el paisaje y las especies que viven en él. Planas ha asegurado que, aunque en los últimos tres años han ido recibiendo «avisos» por la falta de lluvias, nunca había vivido una sequía como la actual, que define como «inédita». El presidente de ARAM y empresario turístico, calcula que las reservas de agua en torrentes y fuentes están a día de hoy al 10% y pronostica que si no llueve pronto la situación «se puede complicar mucho».

Planas ha añadido que, hasta ahora, ha tenido agua suficiente para mantener al ganado, pero que como muchos vecinos de la zona este año ha dejado de plantar judías, tomates y maíz, los cultivos que más agua necesitan. También señala que, por primera vez, ha tenido que contratar varias cubas de agua para mantener su actividad en el restaurante familiar. «Muchos restauradores y empresarios turísticos nos hemos provisto de cubas porque con las reservas actuales no podíamos trabajar y si la cosa continúa como hasta ahora pronto ocurrirá lo mismo con el ganado», ha alertado.

Asimismo, la sequía está poniendo en peligro muchos bosques del parque. Así lo ha explicado Daniel Guinart, que ha recordado que las plantaciones de especies exóticas de pinos, al no estar habituadas al clima mediterráneo, están sufriendo mucho la falta de agua. «Muchos propietarios que plantaron estas especies para sacar un rendimiento económico están viendo cómo ese banco de dinero que tenían guardado en la montaña corre peligro», ha añadido.

En relación con la gestión forestal, el 80% de los bosques del Montseny son privados, y la gran mayoría no se gestionan adecuadamente, lo que provoca que éstos se “beban el agua que antes salía de fuentes y ríos”. Guinart cree que si la falta de agua se convierte en crónica puede haber una «transformación» de los bosques del Montseny en las próximas décadas donde la encina, que aguanta mucho mejor la sequía, sustituya a las hayas y a los pinos exóticos, que necesitan hábitats mucho más húmedos. Una transformación que, de rebote, afectará también a las especies que viven en el parque.

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