“Y regresó…”

No es cantante de mi devoción, pero forma parte de la banda sonora de una época, la mía. Así, su ‘muerte’, que después no fue, no me pasó desapercibida. Durante un rato, el autor de Un velero llamado libertad, José Luís Perales, fue a la deriva. Pocas horas antes, las redes sociales se hacían eco de otra falsa muerte, la del filósofo Fernando Savater, en este último caso con menos eco. Fue el propio Perales quien, al salir de cenar de un restaurante londinense, se enteró de su propia muerte y, rápidamente, grabó un vídeo de desmentido, lamentando que alguien, con “mucha mala idea”, se hubiera inventado su muerte, y asegurando estar «más vivo que nunca».

Es difícil, si no imposible, saber quién mató a Perales. Los inicios estarían en Twitter y la fake news habría surgido desde México. Se sabe, eso sí, que la difusión de la noticia por parte del comunicador mexicano Lalo Salazar multiplicó el bulo. Sin embargo, se desconoce la identidad del virtual asesino. No es la primera vez, y nada hace pensar, desgraciadamente, que sea la última, que se inventan muertes de personajes populares. Antes de Perales y Savater, las redes mataron a Felipe González -concretamente, el pasado mes de marzo-, o a Arturo Pérez-Reverte, y antes a Alberto Chicote, Mario Vargas Llosa, Miguel Bosé, o un clásico, Fidel Castro, entre tantos otros.

Se me escapa el por qué alguien decide un día inventarse una muerte, o el placer que esto le pueda generar. Hay un especialista en difundir este tipo de fake news, el periodista italiano Tommaso Debenedetti. De los antes citados, por ejemplo, él mató a Vargas Llosa. A lo largo de su carrera, por nombrarla de algún modo, Debenedetti, aparte de asesino virtual en serie, también se ha inventado entrevistas a celebridades. Lo que no se me escapa es la obligación de los medios de comunicación de verificar las noticias, contrastarlas. Un periodista no puede, y menos en los tiempos que corren, hacerse eco de la muerte de Perales, o de quien sea, sin antes haber certificado su autenticidad.

La semana pasada nos hacíamos eco en este mismo espacio de la falsa médica de Torelló, hoy de la falsa muerte del cantante Perales. A ver cómo continúa el verano… «Y se marchó…», canta Perales, aunque después también añade: «Y regresó». Pues eso, que no se fue, máximo fue a Londres a cenar con su hijo.

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