Laporta y Xavi sacrifican la nueva generación de Ansu Fati a cambio de veteranos

Aunque el laportismo se empeñe en escribir un relato propio y diferencial, la realidad es que después de los catorce fichajes que Joan Laporta le ha regalado a Xavi Hernández y una orquestada y sistemática demonización y deconstrucción del pasado, los jugadores de la Masia, los que forman parte clave de la herencia del fútbol base de Josep Maria Bartomeu, acaban destacando por encima del resto del equipo porque poseen talento, magia, personalidad y categoría más que suficiente como para, además de ser tenidos en cuenta, haber merecido las mismas oportunidades que los procedentes de traspasos generosamente comisionados.

El éxito explosivo de los últimos recién llegados como Lamine Yamal, Fermín y Abde en el Gamper de Montjuïc de la noche del martes invita a reflexionar sobre la verdadera apuesta de la actual junta directiva, y la del propio entrenador, por los jugadores de casa. Sobre todo, después de que, tras la baby-reacción espectacular en el tramo final del partido, rematada con otro gol de Ansu Fati para imponerse en el estreno de su nueva ‘casa’, el entrenador cerró la noche dejando en el aire su continuidad. “Hemos de ver cómo se desarrolla el mercado hasta el 31 de agosto, ya veremos”, dijo sobre la continuidad de Ansu.

Dicho de otro modo, el prolongado vacío y la fría actitud de Xavi con Ansu desde hace meses ha alcanzado un punto de no retorno en esta pretemporada marcada por la precariedad y la urgente necesidad de dinero para poder inscribir media plantilla y realizar otros fichajes como el de Bernardo Silva (28 años) y un lateral derecho titular como mínimo.

La expresión pesimista de Xavi viene a confirmar lo que se da por hecho en otros canales bien conectados con la presidencia y con los intereses comunes de Jorge Mendes, su agente, y también de Bernardo Silva, de João Cancelo de João Felix, jugadores que, no por casualidad, están permanentemente en el órbita de los fichajes azulgrana de este verano.

Poco importa, para más escándalo, que Laporta tenga en este momento el límite salarial excedido y sólo pueda comprar ampliarlo bajo la fórmula del ¼ y que, además, a causa del impago por la simulada operación de venta del 49% de Barça Studios, se encuentren bloqueadas las operaciones de renovación, ampliación y fichaje de media plantilla, entre ellos las tres caras nuevas de esta temporada.

La prensa laportista no solo refuerza con continuas informaciones la necesidad de reforzarse con Silva, Cancelo o Joao Félix. También participa en la campaña de venta de Ansu Fati antes del 31 de agosto porque, al tratarse de un jugador formado en la casa y contabilizado a coste cero, el 40% neto de su venta amplia directamente el margen salarial para favorecer por igual la ambición del presidente, los bolsillos de Jorge Mendes y en teoría los deseos de Xavi, que está dispuesto a ‘comerse’ el fichaje de algún futbolista que no le encaja, como Joao Félix, si le traen a Bernardo Silva y Cancelo, carísimos por cierto, y de momento fuera del alcance de la economía real del Barça de Laporta.

El ruido que vienen haciendo los canteranos como Fermín López y sobre todo Lamine Yamal se ha unido a la música ilusionante de Balde y Abde y, por descontado, a la consolidada clase y peso de jugadores como Araújo, Pedri o Gavi, bastante más por encima de otros futbolistas con un perfil que, exceptuando a Lewandowski, no figuran entre los más destacados del fútbol europeo ni, a la hora de la verdad, han servido para borrar el agrio y un poco ridículo papel del Barça de Xavi en la Champions y en la Europa League las dos últimas ediciones.

La estadística no engaña, pues de los catorce últimos fichajes la media es de 28,4 años a pesar de los 21 años de Ferran Torres cuando llegó, los 23 de Koundé y los 25 de Raphinha y Kessié. Sin ir más lejos, los recién aterrizados Íñigo Martínez (32), Gundogan (32) y Oriol Romeu (31) han aumentado esta tendencia a incorporar veteranos que llegan libres, aunque con contratos que no disimulan la prima de fichaje distribuida en contratos crecientes y pesados en el margen salarial.

Los planes de Laporta, invariablemente, pasan por el traspaso de Ansu Fati como lo escenificó el propio Xavi Hernández en una entrevista al final del Gamper, respondiendo ante las cámaras de TV3 a una pregunta muy ensayada sobre el sombrío futuro del delantero que había cambiado y dinamizado el juego del equipo en la fase final del partido y encarrilado la victoria ante el Tottenham.

La amenaza de ser finalmente carne de traspaso para poder fichar jugadores experimentados se estira sobre el propio Gavi, cuyo contrato sigue siendo una mina de profundidad y el del propio Lamine Yamal, con el que se aproxima una compleja renovación, también, como Gavi, en manos del mismo representante, Iván de la Peña. Lamine está siendo tentado desde hace tiempo por el Real Madrid y acabará firmando por el club que, al final, le ofrezca mejores condiciones a sus padres y a su agente.

También Balde podría salir si se cansa de esperar que su nuevo contrato sea oficial y quien también lo tiene negro es Abde, un futbolista de banda por el que llegan también ofertas continuamente.

La generación Ansu Fati, en definitiva, puede tener los días contados entre las obligaciones contraídas por Laporta con Jorge Mendes, entre otros agentes, y la demostrada pusilánime y cobarde actitud y personalidad de Xavi, quien además de haber renunciado por ‘mieditis’ al 4-3-3 y al libro de estilo propio del juego del Barça ahora también está de acuerdo en vender las joyas de la cantera para comprar jugadores exclusivamente del catálogo de Mendes o de Pini Zahavi, que reaparece con la ocurrencia de recuperar a Neymar para el ataque azulgrana.

¿Quién pondrá fin a esta locura?