El informe “Hybrid Threats. A comprehensive resilience ecosystem” (Amenazas Híbridas. Un ecosistema de resiliencia integral), realizado por el “Joint Research Center” (Centro Común de Investigación), el servicio de Conocimiento y Ciencia de la Comisión Europea, y preparado conjuntamente con el Centro Europeo de Excelencia para la lucha contra las amenazas híbridas (Hybrid CoE) concluye que “Rusia proporcionó apoyo financiero y logístico para el referéndum” sobre la independencia de Catalunya celebrado el 1 de octubre de 2017. Este informe, presentado en marzo, recoge también que el país presidido por Vladimir Putin organizó operaciones cibernéticas para desestabilizar la situación en Catalunya y que financió grupos culturales y think tanks independentistas.
Estas conclusiones están en las tres páginas que el estudio dedica a Catalunya del total de 124 que contiene y en las que analiza diversas amenazas híbridas, como las vinculadas a las informaciones falsas en torno a la epidemia de la Covid, las tensiones en los países del este de los Balcanes, el atentado contra el gasoducto Nord Stream 2 o los esfuerzos rusos para desacreditar a Emmanuel Macron ante las elecciones presidenciales francesas. En el apartado de Catalunya se lee que “aunque Rusia no creó el conflicto lo explotó en beneficio propio intentando influir en las percepciones, actitudes y decisiones del público afectado. El objetivo del Kremlin en este caso no era la independencia de Catalunya sino una inestabilidad muy profunda y larga en un estado miembro de la Unión Europea y de la OTAN que pudiera influir finalmente en todos los países del Oeste”.
La alusión al apoyo financiero y logístico al referéndum organizado por el gobierno de Carles Puigdemont en 2017 aparece en el epígrafe “Campaña/Operación”, donde se dice que “Rusia proporcionó apoyo financiero y logístico al referéndum ilegal organizado por los separatistas” y se afirma que “la celebración del referéndum se convirtió en un tema internacional, afectando la administración pública y el dominio político”. El estudio analiza cómo la injerencia rusa afecta a tres capas y nodos -local, nacional e internacional- y concluye que “un enfoque integral para identificar las conexiones entre todos los espacios y capas del ecosistema de resiliencia y comprender las consecuencias críticas de los nodos podría haber evitado los efectos en cascada detrás del 2017 y podría ayudar a anticipar lo que pueda suceder en un futuro próximo”.
En el mismo epígrafe se informa de las ciberoperaciones realizadas por Rusia «para desestabilizar la situación en Catalunya» que, según los autores del informe, tuvieron «un impacto en la ciberseguridad estatal». En el epígrafe “Interferencia/Influencia” se afirma que Rusia apoyó a los políticos separatistas y que esta ayuda procedía de “fuentes dudosas/ilegales” y que promovió “campañas de desinformación y propaganda para polarizar la sociedad”.
En el tercer y último epígrafe dedicado a “Influencia/Campaña”, Hybrid Threats señala que Rusia contribuyó a la “financiación de grupos culturales y think tanks” y a los esfuerzos de los “independentistas en el poder por promover aún más su ideología a través de medios culturales”.
