Laporta también agota la fórmula del copago para poder seguir fichando

LaLiga le ha bloqueado todas las inscripciones pendientes, de jugadores comprados o renovados, si no repone los 60 millones de la palanca de Barça Studios pendiente de cobro antes del 31 de agosto

Joan Laporta, presentant Ilkay Gundogan

El copago de los fichajes empieza a ser una peligrosa e inquietante moda en el FC Barcelona, el único club de LaLiga que a causa de la negligente y descontrolada actuación de su junta directiva ya se ha visto obligado en tres ocasiones a poner dinero del bolsillo de los propios jugadores, del presidente y de sus directivos, y también de ejecutivos, como fue el caso de Mateu Alemany, para inscribir futbolistas fichados o renovados precipitadamente. Es decir, antes de disponer del margen salarial suficiente.

El riesgo de transitar de forma tan peligrosa por el alambre, por rutinaria que parezca esa práctica tan extraña de anunciar y presentar primero los fichajes y luego ya se buscará la forma de pagarlos, podría darle a Joan Laporta un disgusto de los gordos. La situación, ahora mismo, amenaza con poner en peligro el acuerdo de viabilidad con LaLiga, que pende de un hilo o, para ser más exactos, de encontrar 60 millones que han desaparecido. A Laporta le urge reponerlos antes de que empieza la Liga para que el club azulgrana pueda volver a la casilla de salida. A partir de esa zona cero, igualmente deberá procurarse, con las ventas de jugadores y quién sabe si con alguna palanca de última hora, el aval con el que cubrir la inscripción de jugadores, nuevos y antiguos.

En las últimas horas, desde la junta y desde el aparato de comunicación se inundaron las redacciones con mensajes tranquilizadores y de plena confianza de que no sólo todo está en fase de esclarecimiento y diálogo con LaLiga. También se negó cualquier alarmismo, extremo que se contradice con el haber transmitido y verbalizado al entorno de los muchos jugadores afectados que no han de preocuparse y que podrán ser inscritos a tiempo con toda seguridad.

El problema radica en que ese es el mismo mensaje, idéntico, repetido desde hace casi un año cuando Jules Koundé no pudo disputar las dos primeras jornadas de la Liga pasada hasta que Laporta, el tesorero de la junta, Ferran Olivé, y Alemany pusieron el aval para cubrir la ausencia de ingresos por traspasos que nunca llegaron a aparecer.

Un año antes, Gerard Piqué ya hubo de rebajar y diferir su contrato, a menos de 48 horas de comenzar la Liga, para que Memphis Depay, Éric Garcia y Luuk de Jong pudieran debutar. Luego fue el contrato de Umititi el que hace un año se amplió para dar cabida a parte de los fichajes, aunque no todos como fue el caso de Koundé.

Sin apenas darse un respiro, el conflicto se reactivó en otoño pasado con Gavi, un caso llevado a la exageración y a lo grotesco porque el jugador quedaba libre si no se inscribía en el mercado de invierno.

Gavi, finalmente, ha sido dado de alta cautelarmente por orden de un juez, pendiente de la cobertura de su ampliación de contrato, como las mejoras de Araujo, de Marcos Alonso, Sergi Roberto, Balde y Iñaki Peña sin que la junta haya alcanzado una solución muchos meses después. Íñigo Martínez, Gundogan, Oriol Romeu i Arnau Tenas son los últimos que se han añadido a esta cola.

Tampoco ha bastado, pese al bla, bla, bla de Laporta, ese aval solidario y mancomunado de la junta (¿se ha llegado a presentar?) por 6,6 millones para llegar a donde no han llegado los recortes en secciones para poder cumplir en el último segundo con el plan de tesorería.

La novedad, negativa y preocupante, la dio a conocer la cadena COPE hace apenas unas horas, ofreciendo pelos y señales sobre una regresión que, por el momento, ha bloqueado la totalidad de las inscripciones pendientes por culpa del impago de dos de las palancas usadas hace un año también in extremis, por la venta del 49% de Barça Studios. La doble operación se formalizó por 200 millones, a cambio de la venta del 24.5% a Orpheus Media (Roures) por 100 millones y el otro 24.5 % por otros 100 millones a Socios.com. Ambas sociedades, a la hora de afrontar el segundo pago de 30 millones a 15 de junio, se han beneficiado de un aplazamiento hasta el próximo mes de diciembre. Por lo tanto, entregaron sólo 10 millones a cuenta en el momento de la firma, finales de agosto de 2022, comprometiéndose abonar los 90 millones restantes a razón de 30 millones anuales en 2023, 2024 y 2025.

Aunque LaLiga aceptó esa cobertura futura para inscribir buena parte de los fichajes del último verano, lo hizo bajo la promesa de Laporta del cobro efectivo de ese segundo plazo en la forma y tiempo convenidos. Al conocer ese retardo, el siguiente paso de LaLiga ha sido reclamar la reposición de esos 60 millones por la vía que sea para evitar el incumplimiento del plan de viabilidad.

Fuentes próximas especulan, sin embargo, con que en realidad esos pagos se pactaron con Orpheus Media y Socios.com a fecha de diciembre próximo y que Laporta, siempre improvisando, contaba con vender a Raphinha, Ansu Fati, Ferran Torres o a cualquiera, incluido Frenkie de Jong, a tiempo de compensar esos 60 millones que, como sabía perfectamente según esta versión, ahora se echan tanto de menos.

De nuevo, el sello de la improvisación y el despiporre han conducido al Barça de Laporta a un escenario de ridículo y de escándalo, pues también le han reprimido el uso de más palancas y, como consecuencia de su informalidad, tiene tan excedido el margen salarial que se ha quedado atrapado en su propia trampa. La operación de Barça Studios le sirvió para disponer de 200 millones más de límite salarial de plantilla (adelantados) y poder fichar. De otro modo su techo habría sido de 456 millones de limite salarial y no 656 millones.

Ya fue precaria la forma en que, sólo con 10 millones cada uno y sobre la garantía de que perderían ese anticipo si no cumplían con el calendario de pagos, el auditor Grant Thornton aceptó el acuerdo y convenció a LaLiga de la inexistencia de riesgos.

Para compensar esos 60 millones con traspasos, siguiendo la normativa flexibilizada por LaLiga con la finalidad de dar un poco de oxígeno al Barça y al resto de los clubs, Laporta debería realizar traspasos por un total de 165 millones (por ejemplo, las de Kessie por 30 millones, Abde por 15, Ansu Fati por 50, Ferran Torres por 50, Lenglet por 10 y Eric Garcia por 10). Eso le permitiría empatar con LaLiga y, a partir de ahí, encontrar nuevas formas para inscribir los futbolistas de esa larga cola de jugadores que se le ha formado a Laporta en la puerta de su despacho. También la vía del copago se ha agotado, como las palancas, para poder seguir fichando.

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