‘Cites’ con autocensura, esperando a Vox

El pasado 7 de julio, día de San Fermín, Televisión Española emitió la película La trastienda de Jordi Grau Solà, rodada en 1975 con Franco todavía vivo, que recoge una serie de infidelidades matrimoniales vividas por miembros del Opus Dei durante las fiestas de San Fermín. Película que se estrenó en febrero de 1976, cuatro meses después de la muerte de Franco, y pasó a la historia al ser la primera película española que mostraba un desnudo frontal integral, el de la enfermera protagonista, que interpretaba la actriz María José Cantuno, que mantenía una relación secreta con su jefe, un médico navarro casado del Opus. Posiblemente si Franco hubiera vivido un año más, ni ese primer desnudo frontal de la Cantudo ni las escenas de sexo en las que se veían pechos y culos con normalidad se hubieran podido ver en los cines de España y se habría estrenado con algunas escenas recortadas esperando la muerte del dictador. Pero desde el desnudo de Cantudo, en la mayoría de películas que había escenas de sexo, sin mostrarse nada que pudiera considerarse pornográfico, se normalizó el desnudo masculino y femenino. De desnudo masculino pasó a la historia el del joven Juanjo Puigcorbé en la película L’orgia, filmada en 1976, conduciendo tal y como vino al mundo una moto por la calle Aragó y entrando sin nada encima a una farmacia a recoger un pedido con el actor Joan Borràs, el farmacéutico, que le preguntaría si llevaba consigo el resguardo o la receta.

El cine catalán y después las series de TV3 siempre fueron vanguardistas. En Merlí, por ejemplo, se mostraban cómo normales las diferentes opciones sexuales y el sexo entre chicos y chicas del mismo u otro género, y haciendo nudismo en la piscina, nada tapaba el cuerpo completo. Unos años antes que Merlí, en las dos primeras temporadas de Cites, producida por la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales y Arca Audiovisuales, bajo la dirección de Pau Freixes, las escenas de sexo y de cuerpos desnudos estaban hechas sin censura con una magistral naturalidad.

Todo esto se rompió hace cinco semanas con la tercera temporada de Cites emitida por TV3 donde por la censura impuesta por Amazon Prime Video, que ha cofinanciado la temporada y emitido la serie en castellano en la plataforma, los actores, algunos los mismos que en las anteriores temporadas o en Merlí mostraban el cuerpo desnudo con normalidad, aparecían ahora haciendo el amor con los vaqueros o la camisa puesta y las chicas haciendo el amor vestidas y durmiendo después con bragas y sostenes. Ni siquiera en esta tercera temporada de Cites fueron capaces de hacer la comedia de mostrar la espalda desnuda, el muslo o una nalga en la escena amorosa y, como en muchas películas americanas, cuando la chica o la mujer se levanta desnuda de la cama por la mañana, después de mostrar inevitablemente la espalda y parte del culo, coge la colcha con lo que se envuelve con una agilidad sorprendente, para ir hacia la ducha sin mostrar ni los senos ni el pubis. Y después, cuando se levanta de la cama el hombre, un mueble o la silla donde ha dejado la ropa, tapa oportunamente la zona genital mientras se viste.

Es triste que TV3 aceptara este giro de ciento ochenta grados en el trato de las escenas íntimas en Cites, recordando la censura y los vetos que sufrió el beso lésbico en Lightyear de Disney. Y es que en el reencuentro en esta tercera temporada de Cites de Sofía y Paula, las actrices Nausica Bonnin y Laia Costa, que se mostraron desnudas con una belleza exquisita en la anterior temporada, ahora se saludaban con castos besos en la mejilla, dormían con ropa, evitando los besos lésbicos hasta la escena final en la calle. Supresión de desnudos y restricción de besos que se ha tragado TV3, unos días antes de que surgiera la polémica por la cancelación de obras de teatro y conciertos contratados por ayuntamientos donde Vox dirige desde hace un mes las concejalías de Cultura, como la obra de Virgina Woolf en el municipio madrileño de Valdemorillo.

¡Ah! Desde el pasado lunes el espacio que ocupaba Cites en la parrilla lo ocupa en TV3 la serie Babylon Berlin producida por la cadena Sky1 alemana, que hace tres años pudimos ver en Movistar, donde las escenas de sexo y espectáculos musicales con desnudo, se muestran sin censura. Un Berlín que salía de la primera Guerra Mundial, donde las confrontaciones políticas y las aventuras sexuales se vivían con intensidad, con una brigada de la policía antivicio dando golpes a ciegas, a la espera de que llegara Hitler, quien no prohibirá el desnudo ni en el arte ni en la normalidad de bañarse en un lago o río, pero sí la difusión de la homosexualidad y otras conductas desviadas propias según los nazis del degenerado arte judío y americano. El domingo por la noche sabremos si en España PP y Vox sumarán para formar gobierno. Y si Abascal es el nuevo vicepresidente, lo que han hecho en las últimas semanas en los ayuntamientos donde Vox gestiona Cultura quizá se repita en la televisión pública española y en las películas subvencionadas de las que desaparecerán los desnudos y se limitarán los besos lésbicos. Lo más triste, volviendo a Cites, es que en la televisión pública catalana la censura o cambio radical de tratu de estas escenas se haya realizado por motivos empresariales, sin que nadie haya levantado la voz como sí que se ha hecho por la polémica del doblaje. Evidentemente es más fácil criticar la censura si quien te la impone es la derecha o la ultraderecha.

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