La capacidad de manipulación del entorno laportista por la vía del control mediático y de las redes sociales no solo es implacable. También llega hasta donde no alcanza la imaginación ni los sueños, incluido el sometimiento y el colaboracionismo de corporaciones como Catalunya Ràdio, TV3 y el conjunto de los canales del ente del audiovisual público de Catalunya, 100% laportista y en un porcentaje también elevado producido por Mediapro.
Estos últimos días, con motivo del viaje a Catar del presidente del Barça, Joan Laporta, el mismo que antes abominaba del emirato y de su vinculación al club a través de la publicidad negociada en su día con Qatar Foundation y Qatar Airways, los medios del gobierno de Cataluña también se han volcado en modular a conveniencia del contexto ante la opinión pública barcelonista.
La reacción a la posible negociación de una franquicia Barça en la Liga de Catar por parte de Laporta, a cambio de 100 millones de euros, ha sido la de realizar rápidas y eficientes encuestas que demostrarían el entusiasmo del barcelonismo por aceptar ese dinero presuntamente manchado de sangre de las víctimas del fundamentalismo islámico, sangre sobre todo de mujeres y niños, represaliadas por los regímenes sectarios, antidemocráticos, machistas, sexistas y sistemáticamente incumplidores de los derechos humanos y de las libertades más elementales. Al menos estos fueron los argumentos de la oposición laportista y del propio Laporta y de sus secuaces cuando Sandro Rosell llevó a la asamblea la propuesta para aceptar un acuerdo publicitario a favor del Barça bajo el control del gobierno de Catar.
Un socio avispado y documentado como Quim Molins analizó las diferentes encuestas de la última semana sobre aspectos concretos de la actualidad azulgrana, tales como si eran necesarios los recortes en las secciones profesionales, si Nico debía ser el sustituto de Busquets o si, precisamente, los barcelonistas aceptarían hacer negocios con Catar. En todas, el resultado fue favorable a las gestiones oficiales de la junta, y se diría que a los propósitos de la encuesta propuesta desde el propio aparato de difusión de la junta. El caso, ha apreciado Molins, es que si en las encuestas la media de participantes oscilaba entre los 800 y 1.900 votos, en el caso de la consulta que planteaban el dilema catarí el aumento de participación alcanzó los 11.000 votos (+ 60% a favor de Qatar como partner). Resultado más que curioso, poco creíble o motivado por una llamada a la participación de ese voluminoso ejército laportista en las redes. El hermano mayor, TV3, dedicó la misma pregunta en el programa Onze, también con una respuesta contundente y mayoritaria del 78% a favor del dinero de Catar.
La reacción, aplastante, no se alinea demasiado con un sector importante de la masa social azulgrana que hasta hace poco estaba convencido, gracias al discurso y el relato laportista que había demonizado Catar con rasgos de oído y de repugnancia, de que efectivamente el club no debía volver a vincularse con los países de Oriente Medio.
Aunque igualmente Laporta hará lo que le plazca sin consultar a nadie, habría sido más verosímil manipular las encuestas con unos porcentajes más equilibrados o menos exagerados.
