La Comisión Pegasus convoca a Quim Torra después de que se quejase porque no le habían citado

El expresidente de la Generalitat acusa a ERC de no haber utilizado el 'CatalanGate' para generar conflicto con España y dice que "ha habido un interés mastodóntico por sepultarlo"

Quim Torra ensenya el seu mòbil en l'acte sobre el 'CatalanGate' que va organitzar la seva Oficina com a ex-president el passat dia 5 a Girona

El expresidente de la Generalitat Quim Torra no está incluido entre las cerca de cien personas que han sido convocadas a comparecer en el Parlament por la “Comisión de Investigación sobre el Espionaje de Representantes Políticos, Activistas, Periodistas y sus Familiares por parte del Reino de España con los programas Pegasus y Candiru”. Finalmente, comparecerá en ella porque lo ha pedido explícitamente a los responsables de esta comisión, presidida por el diputado de ERC Josep Maria Jové. Torra lo explicó el pasado lunes en un acto que organizó su Oficina como ex-presidente en el Auditorio Irla de Girona y en el que también participaron su abogado, Gonzalo Boye, y el editor del digital Vilaweb, Vicent Partal.

En su primera intervención en ese acto, introducido por su jefe de gabinete, Pere Cardús, Torra afirmó que “el presidente de Cataluña ha tenido que pedir a la comisión del Parlament que investiga el espionaje de Pegasus que, ¡hombre!, estaría bien que ya que era el presidente en ejercicio se me citara para que yo, a lo mejor, podría aportar alguna información relevante. Y parece que me han escuchado y se me citará para poder contar esto a la ciudadanía. Algunos de nuestros representantes políticos pienso que no es que no estén a la altura sino que están muy por detrás de lo que un hecho tan grave que ha pasado en este país como es lo que el espionaje a ciudadanos, políticos, abogados, periodistas ha supuesto”.

Este espionaje fue denunciado por el colectivo canadiense Citizen Lab el 18 de abril del pasado año. Lo bautizó como CatalanGate y colgó un informe en su web, coordinado por el independentista Elies Campo, al que había fichado un par de meses antes de publicarlo. El Catalangate era una operación propagandística preparada al milímetro para presentar como víctimas a las personas implicadas en la organización del referéndum del 1 de octubre de 2017 y la posterior declaración de independencia. Sin embargo, la operación parece que no ha dado los frutos que Torra esperaba, aunque en el Parlament se haya creado la comisión que investiga este caso y que ha sido motivo de numerosos actos y denuncias por parte de las supuestas víctimas y de las plataformas independentistas Assemblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural.

El expresidente de la Generalitat acusa a ERC de no haber querido utilizar esta campaña para poner en dificultades al gobierno español y, al revés, haberle apoyado, aprobado sus presupuestos y participado con él en una Mesa de Diálogo para tratar las relaciones entre Cataluña y España. «No hemos sabido utilizar el CatalanGate para generar conflicto con España», dijo Torra y afirmó que ha sufrido una «enorme decepción» porque los diputados independentistas no abandonaron el Congreso de los Diputados después de que Citizen Lab publicara su Catalangate. Cargó especialmente contra ERC y el gobierno de la Generalitat minoritario actual de este partido y aseguró que «ha habido un interés mastodóntico por ir tapándolo y evitando que se hable de él».

«Se ha querido enviar el mensaje de la pacificación», se lamentó Torra. Él no quiere paz; quiere conflicto.

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