El informe anual de 2022 de SOS Racismo revela que, en Cataluña, las principales denuncias que llegan a la asociación están relacionadas con discriminaciones y abusos perpetrados por miembros de los cuerpos de seguridad pública. El año pasado, el Servicio de Atención y Denuncia (SAID) atendió a un total de 584 personas, de las cuales 414 se dirigían por primera vez a SOS Racismo. De estas nuevas demandas de atención, 337 casos fueron identificados como constitutivos de racismo, y 110 fueron asumidos como casos nuevos en 2022, según el informe.
El 22% de los casos asumidos estaban relacionados con agresiones y abusos de cuerpos policiales, sobre todo por parte de la Guardia Urbana de Barcelona y de los Mossos d’Esquadra. Concretamente, el año pasado la asociación asumió 24 casos y trabajó en 45 que no se han podido denunciar, sumando un total de 69 situaciones de racismo identificadas por el SAID. SOS Racismo destaca que «es la primera vez en cinco años que asumen más casos de racismo policial que entre particulares», y señala que, a pesar de ser la tipología con una cantidad más grande de casos asumidos, «también tiene el porcentaje más alto de infradenúncia de los últimos años».
En declaraciones a El Periódico, el abogado Josep Granados explica que «hay un entramado de prácticas poco garantistas y discriminatorias que comprometen el éxito y ponen en entredicho los derechos humanos». La coordinadora de la asociación, Kaire ba Dejuan, añade que «hay comunidades que no están representadas por la policía», y señala que «las fuerzas de seguridad no responden a la demanda de todas las personas que viven en Cataluña, sino de una parte, y mucha gente no se siente protegida por ellas».
