Por primera vez, las máquinas tienen capacidad de lenguaje y de pensamiento, a pesar de que con limitaciones. Esto implica un cambio de paradigma, similar al que vivió la sociedad del siglo XIX con la Revolución Industrial. Así de contundente se expresa, en declaraciones al EL TRIANGLE, el cofundador del Instituto de Inteligencia Artificial Andrés Torrubia. A pesar de los retos que implica, Torrubia se muestra optimista y pide a la población que “no seamos como los monjes medievales que escuchaban el sonido de la imprenta de fondo y lo veían como una amenaza al orden establecido”.
Es cierto que la inteligencia artificial (IA) plantea una oportunidad para reordenar el mundo. Hay que vigilar, pero, que se preserve el modelo de bienestar y se tengan en cuenta determinados retos sociales. El ChatGPT ha sido la muestra más evidente que la inteligencia artificial tiene capacidad de lenguaje y puede hacer cosas diferentes. Según Andrés Torrubia, “hasta ahora los ordenadores hacían las mismas cosas algo más rápidas y más económicas que los humanos. Con el desarrollo de los superordenadores, han empezado a hacer cosas diferentes. Si antes solo podían reconocer objetos en las imágenes, ahora pueden generar nuevas imágenes”.
“¿Cuál es el miedo?”, dice Torrubia. “Nos preocupa que empiecen a ocupar parcelas que hasta ahora considerábamos exclusivamente humanas, como la creatividad, la escritura, la empatía, la simulación de emociones o tener capacidad de conversar”.
Andrés Torrubia añade que “hasta ahora la humanidad siempre se había tenido que adaptar a la tecnología, y en cambio ahora las máquinas utilizan nuestro lenguaje y esto permite que todo el mundo pueda hacer uso”. Es una adopción masiva de la inteligencia artificial por parte de la sociedad. Igual que en la Revolución Industrial, la evolución de las máquinas condicionará el ámbito laboral. Con los adelantos de la IA, se producirán cambios en nuestros trabajos, ya sea incorporando herramientas que nos harán más productivos o bien eliminando o creando determinadas trabajos.
Cambios laborales
En declaraciones al EL TRIANGLE, el periodista tecnológico y editor de Xataka Javier Pastor avisa de un “impacto enorme en muchos ámbitos”, y en especial en el trabajo. “Con el ChatGPT se dispone de una herramienta muy potente para crear un primer borrador para hacer un trabajo, sea académica o profesional. Son inteligencias que te sirven para trabajar de forma más eficiente y aceleran los trabajos. En determinados campos, pueden sustituir determinadas trabajos, y esto puede tener un impacto elevado en la ocupación, como podría ser en el campo del periodismo”.
Entre los adelantos logrados por la IA, Javier Pastor habla de la personalización y la adaptación de la herramienta a su usuario. A escala personal, los xatbots se adaptarán totalmente a nosotros y serán capaces de hacernos la declaración de la renta, la cesta de la compra según nuestros gustos o bien proponernos actividades de ocio de acuerdo con nuestras preferencias. En el entorno laboral, ya hay un Office adaptado a las características de cada empresa, que ofrece a los trabajadores previsiones de negocio, análisis de competidores u otras herramientas adaptadas a necesidades profesionales específicas.
Según el responsable del Instituto de Inteligencia Artificial, las empresas tienen la oportunidad de “reevaluar todos los procesos de la organización para ver qué hay que cambiar, como se tiene que aplicar la nueva tecnología y como ser fieles a la misión de la empresa”.
La educación, en crisis
El uso del ChatGPT ha revolucionado el entorno educativo y ha hecho reevaluar la misión del sistema educativo. “Hay gente que cree que la educación nos prepara para el mundo laboral, y otros piensan que genera espíritu crítico. Quién considere que nos prepara para el trabajo del futuro, nunca hasta ahora se había vivido una situación similar. Los estudiantes de hoy desconocen cuál será el mundo laboral cuando acaben los estudios, porque la tecnología está cambiando este mundo de forma radical”, afirma Torrubia. Y añade: “En todas las tareas cognitivas, la expectativa que todo continuará igual ya no es válida” y habría que adaptar la formación a realzar todos aquellos aspectos donde “brilla la mente humana”.
Javier Pastor, de Xataka, es partidario de dejar muy claro qué productos o servicios han sido elaborados por humanos o máquinas. “Nos superarán en muchos ámbitos: productividad, calidad y quizás creatividad, a pesar de que lo veo más difícil. Por lo tanto, sería bueno crear un tipo de etiquetado que indicara qué ha sido creado por IA, y que la creación humana estuviera valorada de forma especial o diferente”, dice.
Andrés Torrubia también es cofundador de Medbravo, una organización que desarrolla tecnología basada en IA para investigar el cáncer. Según su parecer, la revolución tecnológica ayudará a hacer más prevención, a disponer de diagnósticos de forma precoz, o bien hará el triaje a las urgencias basándose en elementos lectores y sensores disponibles en el acceso hospitalario. Sin haber visto el médico, ya se podrá disponer de prediagnósticos o alertas sobre nuestra salud. Así mismo, ya se avanza en el diseño de medicamentos más precisos. En una sociedad cada vez más longeva, la inteligencia artificial tiene que favorecer el envejecimiento con calidad y adaptación a cada individuo. Habrá que ver, pero, que tardarán estos adelantos a llegar a la sanidad pública.
