El mercado laboral ordinario deja fuera del sistema las personas en riesgo de exclusión social

“A las empresas de inserción, nuestro objetivo no es la actividad productiva, sino la persona”

La recollida de roba de segona mà permet la generació de llocs de treball protegits per a persones amb vulnerabilitat social

La Sulma Aguilar Vázquez no tenía documentación cuando llegó a Cataluña procedente de Salvador. Se quería ganar la vida en Cataluña, pero ninguna empresa la contrataba por carencia de documentación en regla. Tuvo la suerte de entrar en el programa ACOL, que ayuda las personas migradas a regularizar la documentación y subvenciona un año de contrato. De este modo, la Sulma empezó a trabajar a Solidança, empresa catalana de inserción sociolaboral, y ya lleva dos años en el equipo.

Cómo ella misma explica al EL TRIANGLE, “hago selección de ropa de segunda mano de hombre, de mujer, de niños, y también ayudo el encargado a contabilizar los kilos de ropa que hace cada chica EN la planta de triaje”. Poder acceder en el programa ACOL y trabajar en Solidança, ha sido “un milagro” para la Sulma. “Lo había intentado antes y no conseguía trabajo. Yo quería estudiar, hacer muchas cosas, pero no podía por carencia de documentación. Una vez abierta la puerta, tengo luz verde para que me pasen cosas”.

Actualmente, la Sulma, con 26 años, no solo trabaja a la planta de triaje de ropa de segunda mano, sino que también está estudiando un grado mediano de Sistemas Microinformáticos y catalán en la Escuela de Adultos. Según relata, “he aprendido mucho con Solidança, y me han ayudado con el conocimiento del catalán, a saber cuáles son mis derechos, y también me han acompañado en la tramitación de la convalidación de los estudios de mi país”. Mirando hacia el futuro, la Sulma quiere dedicarse al diseño y la actualización de páginas web, y también al marketing digital. “Siempre había querido venir en España, pero no ha estado nada fácil. Ya han pasado ocho años desde que llegué de Salvador, y ahora quiero enfocarme en mi formación y desarrollar mis proyectos. Todo este proceso ha merecido la pena, se puede hacer, pero no ha estado fácil”.

Para facilitar su integración sociolaboral, la Sulma ha contado en todo momento con el acompañamiento profesional de Samantha Beloso. La técnica de inserción de Solidança se muestra satisfecha del proceso que ha vivido la Sulma, porque ha aprovechado todos los recursos disponibles para mejorar su situación laboral y sus opciones de encontrar trabajo en cualquier empresa ordinaria.

“La importancia de una empresa de inserción es enorme porque, nos encontramos con colectivos que tienen una serie de necesidades que no las pueden cubrir las empresas normalizadas”, como sería el caso de contratar una persona con documentación irregular o bien acompañar trabajadores con graves necesidades sociales”. En declaraciones al EL TRIANGLE, Samantha añade que las entidades de inserción “somos una empresa puente que te prepara para la empresa ordinaria, conoces como funciona el mercado laboral, adoptas hábitos de trabajo y aprendes gestiones desconocidas en el país de origen, como puede ser la tramitación de una baja laboral”.

En Cataluña hay unas ochenta empresas de inserción laboral, según el registro de la Generalitat de CataluNYa. Las mujeres son las principales contratadas en estas empresas, y uno de los motivos es el elevado número de mujeres solas con hijos que no tienen apoyo familiar ni red acogedora. Como que no disponen de este apoyo para la cura de los menores a cargo, tienen muchas más dificultades para acceder al mercado laboral ordinario, dado que los horarios no facilitan la conciliación laboral y los bajos sueldos no permiten la contratación de servicios de acogida y cura.

Además del apoyo individual que ofrecen las empresas de inserción desde la primera contratación hasta la investigación de trabajo al mercado laboral ordinario, el trabajo con red con los servicios de vivienda o los servicios sociales es clave para acompañar al máximo las personas contratadas. Cómo explica Samantha Beloso, “nuestro objetivo no es la actividad productiva en sí misma, sino la persona. Que la persona aproveche el espacio ofrecido, aproveche el trabajo y aproveche el tiempo disponible fuera del trabajo. Marcamos un itinerario laboral con la persona y trabajamos para que aprenda como funciona el sistema, aproveche para formarse, se saque el carné de conducir o aprenda el catalán para incorporarse en el mercado laboral”. Si tiene carencias de vivienda o de ayudas para garantizar el domicilio o la cura familiar, contactan con los servicios sociales del municipio de la persona trabajadora y coordinan los servicios disponibles.

Samantha explica que el itinerario laboral se puede alargar hasta tres años. En la etapa final, se ayuda la persona a buscar trabajo y se hace un seguimiento durante los seis meses posteriores para evaluar su situación. Quién cambia el chip, mejora mucho su situación.

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