Hace más de cinco semanas que los integrantes de la nueva plataforma Àgora Blaugrana presentaron a la junta directiva del FC Barcelona un total de 88 preguntas con relación al Espai Barça, muy concretas respecto a los detalles e información clave del proceso de licitación de las obras del Camp Nou a favor de la constructora Limak.
Àgora Blaugrana nació no hace ni dos meses, aunque acompañada de un cierto misterio, como una agrupación de las comunidades, plataformas y colectivos de opinión barcelonista que en su día, cuando llegó la hora, se activaron contra Josep Maria Bartomeu para promover un voto de censura. Hoy, las razones de ese frente tan unido y espontáneo para intentar echar a la junta anterior dan risa, parecen una broma y ponen el acento en aquella gran manipulación de la opinión pública, convenientemente coordinada con movimientos del propio Gobierno de la Generalitat, los Mossos d’Esquadra y el quintacolumnismo de los medios de comunicación y de un ejército corporativo de laportistas con notoria influencia en las redes.
De repente, hace apenas un par de meses, por iniciativa de Dignitat Blaugrana y de su líder y portavoz, Ricard Faura, se hizo necesario reunirse en una Ágora extrañamente disidente y contraria a la contratación de Limak, al tiempo que partidaria de retrasar las obras del Spotify Camp Nou y del Espai Barça.
Los propios participantes e integrantes de Àgora Blaugrana no sólo no han encontrado ninguna complicidad ni han sido escuchados por Joan Laporta. Todo lo contrario: el presidente se ha reído de ellos haciendo del acuerdo con Limak y de la posterior firma de la financiación una exhibición de opacidad, nepotismo y mentiras sin precedentes en la historia del club. Los grupos barcelonistas que hasta ahora han venido firmando conjuntamente comunicados diversos de apoyo con relación a las barbaridades cometidas por Laporta han sido @compromissaris, @DignitatBlGr, @elsenyoramon, @NoiesTwBarca, @SeguimentFCB, @TrBlaugrana i @uncritvalent. Ninguno de ellos se ha desmarcado hasta ahora de la línea Ágora a pesar de haber sido continuamente atropellados por la indiferencia y el pasotismo de Laporta y de su junta, y de la evidente tendencia de su gestión a ignorar al socio y mantenerlo confuso, desinformado y alejado de cualquier posibilidad de influir o participar en las grandes decisiones.
Por su parte, la vicepresidenta institucional, Elena Fort, con la que se han reunido más de una vez -en teoría, para escuchar sus planteamientos, ideas e inquietudes-, sólo les ha respondido con decisiones autoritarias y despóticas, entre ellas ignorar sus preguntas y aplicar una política de abonos de oro para el año en Montjuïc deliberadamente frustrante para los socios.
Laporta y Fort pasan olímpicamente de los socios que más ayudaron a derrumbar la imagen y la confianza del socio en Bartomeu, no se sabe si a cambio de determinadas promesas. Puede que se tragaran el cuento de un futuro club gobernado con más democracia, más participación y más peso de los socios en la toma de las decisiones que les afectan.
Transcurridos dos años, la Ágora y el resto de los colectivos han sido puestos en ridículo, despreciados y humillados por una junta tirana y sin ningún tipo de sensibilidad. Según van tuiteando en las redes la red enviaron 88 preguntas a la junta en torno a la puja a favor de Limak del siguiente estilo:
-¿Qué diferencias hay de precios entre las propuestas/ofertas que hicieron las empresas licitadoras en 2020 y la propuesta finalmente aprobada?
-Si los socios dieron su consentimiento por uno máximo de 900 millones de Euros, ¿por qué la obra se ha adjudicado por un importe superior a los 900 millones de Euros?
-¿Incluye la financiación que está negociando la Junta Directiva por el Espai Barça el Nuevo Palau Blaugrana? (la Asamblea autoriza que la Junta pida financiación por el Espai Barça hasta 1.500 millones de Euros, incluyendo el nuevo Palau Blaugrana)
-¿La Junta Directiva del Fútbol Club Barcelona está de acuerdo en otorgar el contrato a favor de una empresa de un país que vulnera derechos fundamentales/humanos, según Informes de Amnistía Internacional y de Reporteros sin Fronteras?
-¿Ha expresado el Directivo Jordi Llauradó, verbalmente o por carta, los motivos/razones por los que deja de ser el Directivo Responsable del Espai Barça, y/o los motivos/razones por los que no ha ejercido su derecho a voto como Directivo Responsable del proyecto en relación a la votación en sede de Junta Directiva sobre la elección de la empresa adjudicataria? En caso afirmativo, ¿cuáles son las razones?
-¿Quién es el actual responsable del Espai Barça? (este cargo aparece nominalmente en el Informe de auditoría del proceso de licitación de la obra publicado en la web del Club)
La pregunta siguiente sería precisamente para los propios miembros de Àgora Blaugrana: ¿son tan ingenuos como para pensar que Elena Fort les responderá a estas cuestiones después de una rueda de prensa sobre la financiación del Espai Barça mintiendo en la cara de los periodistas?
Si, ante estas evidencias y la trayectoria destructiva de Laporta, ahora no se plantean la preparación de un voto de censura la única explicación es que cuando lo promovieron en el otoño del 2020 contra Bartomeu aquel voto de censura estaba organizado por alguien superior que les mandaba y les decía lo que tenían que hacer. El mismo alguien que ahora los sigue controlando y los ha dejado tirados y abandonados en el rincón del ridículo.
