Un centenar de vecinos han recorrido ayer, 14 de abril, por la tarde las calles del Turó de la Rovira para protestar contra los encuentros nocturnos masivos de turistas que visitan los búnkeres del Carmel de Barcelona. Los vecinos, que hace años que señalan los hechos, han denunciado que los dispositivos policiales «no funcionan» y han exigido nuevas medidas al Ayuntamiento para acabar con los botellones y garantizar el descanso vecinal. «No tenemos las infraestructuras suficientes, estamos hartos. Queremos un turismo de calidad», ha asegurado Daniel Rosa, uno de los vecinos. Los portavoces aseguran que las movilizaciones continuarán.
Durante la protesta, los vecinos del Carmel han denunciado que con el modelo turístico actual el consistorio les quiere «expulsar del barrio». «Queremos que el Ayuntamiento nos escuche», ha pedido Armand Navarro, uno de los portavoces la asamblea de vecinos del Turó de la Rovira. Según ha explicado, los comportamientos incívicos de los turistas son constantes, así como los destrozos a vehículos y mobiliario urbano.
El portavoz ha instado al consistorio a sancionar a los turistas por beber alcohol en la vía pública y a tomar medidas para desalojar «cada noche» los búnkeres. Navarro ha exigido un cercado «eficiente» de la zona, puesto que, según ha asegurado, el que ha instalado el Ayuntamiento no resuelve el problema porque los turistas se quedan alrededor de las vallas. «Se ha hecho sin el consenso de los vecinos», ha señalado.
«Cada día pueden subir 700, 800 o 900 personas a beber», ha explicado Navarro. A pesar de que es cierto que hay presencia policial, los vecinos han insistido en denunciar que actualmente los agentes no están multando. «No está funcionando», ha denunciado.
