Han sido numerosos los socios del Barça que se han quejado, sorprendido y alarmado ante la perspectiva de autorizar como prueba de identificación un registro de voz, y hasta se negado a aceptarla. Aunque la verificación personal mediante esta prueba es legal y reconocida por la ley, es la primera vez que se utiliza para el proceso de actualización del censo de un club de fútbol, en este caso el Barça.
La ocurrencia fue doble por parte de la junta de Joan Laporta, y también doblemente sorprendente. Por un lado, la iniciativa de revisar el censo sonó desde el primer momento extraña y poco compatible con la eliminación de las limitaciones y restricciones impuestas por las juntas de Sandro Rosell y de Josep Maria Bartomeu sobre la entrada de nuevos socios, limitada a familiares directos, así como la transmisión de asientos desde 2011. Laporta, por tanto, tumbó esas barreras y decretó el acceso universal como había prometido, una medida opuesta por completo a la política social anterior e iniciada, además, con el famoso censo de 2012 que destapó las existencias de más de 10.000 carnets y abonos exclusivamente dedicado a la especulación y la reventa de entradas que fue para lo único que sirvió el absurdo proyecto de Joan Laporta y de Ferran Soriano del Gran Repte. El censo de Rosell de 2012, por tanto, sirvió para poner orden en ese desmadre y descontrol social fomentado en el primer mandato de Laporta, igual que empieza a ocurrir ahora.
Por otra parte, además de acometer una actualización del censo que sólo podría afectar a la regularización de la titularidad de los abonos a nombre de titulares fallecidos, también causó sorpresa la introducción de identificación por voz, sin haber un registro previo de los más de 140.000 socios.
A las pocas semanas, la junta ha debido de interrumpir el proceso porque los socios no lo entendían, mucho menos los que puedan sufrir mudez, que los hay y no lo habrán encajado bien, alegando problemas técnicos. La verdad es que era un sinsentido seguir con un método del todo defectuoso e inadecuado, pues lo que se pretende con ese repaso del censo es comprobar, presencialmente, su identidad o bien a distancia mediante una prueba de vida y censal en el lugar de residencia para quienes residen en el extranjero. Otra vez el socio se queda sin voz en estos tiempos laportistas.
