Laporta fuerza el cara a cara con Tebas para tapar la amenaza de la UEFA

'La Vanguardia', que lo invitó a uno de sus Foros en marzo, se alía con su estrategia de convertir al presidente de LaLiga en el único enemigo y culpable de la conspiración universal contra el Barça por el caso Negreira

Javier Tebas

La pretendida nueva batalla entre Joan Laporta y Javier Tebas ha añadido al escenario del caso Negreira otra de esas distracciones que son la especialidad del presidente azulgrana, esta vez apoyado en una información de La Vanguardia sobre el aporte de LaLiga a la Fiscalía de una prueba falsa sobre una presunta trama de corrupción en la que estaría implicados exdirectivos y exejecutivos del Barça de Sandro Rosell y de Josep Maria Bartomeu con los tejemanejes del difunto Josep Contreras.

El documento en sí, ajeno por completo al caso Negreira, ya fue destacado por cierta prensa de Madrid alertando de la posible identificación de nombres como Roman, Josep Maria y Rosell con los de Roman Gómez, Josep Maria Bartomeu y Sandro Rosell. En realidad, sin embargo, procedía de un registro domiciliario a Josep Contreras de los años 90, cuando ni se habían planteado entrar en la junta del Barça, escrito de puño y letra de Contreras sobre dónde y cómo ya movía dinero negro en sus operaciones inmobiliarias. La réplica a esa perversa noticia, que no tuvo apenas recorrido porque no se sostenía, la dio Mundo Deportivo semanas atrás en un artículo de su director. Santi Nolla, detallando con exactitud el contexto real y completamente anacrónico del escrito, así como los nombres y apellidos de las personas reales aludidas, ninguna de ellas relacionadas con el FC Barcelona.

La Vanguardia, sin embargo, recuperó el caso días más tarde sobre la base de que ese documento fue utilizado para argumentar la acusación de LaLiga contra el Barça y dos de sus expresidentes en su personación a la querella por el caso Negreira. La realidad es que ese documento sólo formaba parte del sumario del caso Soule contra Ángel María Villar, por el desvío de 22 millones de la RFEF, aportado por LaLiga por si en la instrucción se consideraba oportuno investigar la probabilidad de que Josep Contreras, imputado por su participación en aquella trama federativa, estuviera también conectado con el caso Negreira. Podría suponerse que Contreras, beneficiario de una ventajosa refacturación de los servicios de Javier Enríquez, el hijo de Negreira, a quien sólo abonaba la mitad de lo que él facturaba al FC Barcelona de forma opaca y sospechosa, pudiera haber acabado en esos fondos distraídos del caso Soule.

Para la cabecera del primer diario de Catalunya, la incorporación de ese documento le permitió titular que Tebas había aportado una prueba falsa a la causa contra el club azulgrana. Un puente de plata para que Laporta, ahora sí, desplegase toda la furia mediática de su aparato contra Tebas y devolverle ese golpe bajo de cuando pidió la dimisión a Laporta si no salía a dar explicaciones. «El FC Barcelona, como ha ido diciendo el presidente Joan Laporta en las últimas semanas, se siente víctima de un linchamiento mediático por unos hechos que nunca han ocurrido: el Barça nunca ha comprado árbitros. En este acoso han participado un puñado de medios y opinadores con más o menos mala intención, y con LaLiga entre bambalinas atizando el fuego contra nuestro Club, con aportaciones de su presidente que sólo han ido en una dirección: intentar condenarnos ante la opinión pública antes de que se juzguen los hechos (…) La noticia que publica hoy La Vanguardia es de una gravedad que debería alertar a todos los clubs de LaLiga, por unas prácticas que no tienen ningún encaje en las funciones que son atribuidas al presidente de LaLiga. Sólo por este hecho, el de atribuirse funciones que no le corresponden, aunque también por dignidad y respeto a la presidencia de LaLiga, el señor Tebas debería dimitir en su función», fue parte del contenido del durísimo comunicado oficial del lunes, casualmente sobrepuesto a las graves y contundentes declaraciones del presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, con una inequívoca carga de prejuicio por su parte a favor de una sanción al club azulgrana que, según los expertos, podría concretarse en un año fuera de las competiciones europeas.

A Laporta le vino de fábula poder concentrar la máxima tensión informativa en el aspecto más localista y próximo, exaltando la figura de Tebas, aún más, como el verdadero y único enemigo del Barça en todos los frentes. Ir de frente contra Tebas cuando el peligro y la amenaza provienen claramente de Ceferin y de su abierta estrategia de atacar el Barça, porque es también el eslabón más vulnerable del eje de la Superliga, no viene a solucionar el drama de fondo de la exposición del Barça al veredicto internacional y nacional de culpabilidad ante la ausencia de explicaciones y de una negación plausible de los hechos. Reiterar que el Barça no ha comprado árbitros no es la cuestión a discutir, sino esclarecer el porqué de los pagos reiterados, directos, sobredimensionados e injustificados a un miembro del Comité Técnico Arbitral durante 17 años.

Laporta no quiere entrar en materia porque él mismo, Laporta, es la precuela y el responsable de haberlos iniciado, formalizado y transferidos a la siguiente presidencia, de Rosell, que a su vez los transfirió a Bartomeu.

La Vanguardia vino a echarle un cable muy oportuno en un giro sorprendente de su relación con Jabier Tebas, que fue la reciente estrella de un Foros de Vanguardia, concretamente el pasado 16 de marzo, donde recibió el sincero afecto de bienvenida del propio Javier Godó, Conde de Godó, eso sí con la ausencia destacada de su director Jordi Juan. Editorialmente, el tono informativo y la propia opinión del diario han sido realmente duros contra el presidente de LaLiga que no hace ni un mes recibió el mejor trato de la casa.

La Vanguardia ha jugado fuerte y se ha negado a concederle a Tebas el derecho de rectificación y de réplica, al menos por ahora, con la intención de reforzar su postura y la de Laporta en un conflicto que al presidente azulgrana le interesa llevar al terreno personal, a un cara a cara con Tebas para condicionar y controlar la opinión pública barcelonista, especialmente en puertas de otro clásico en el Camp Nou, esta vez en la Copa, mañana miércoles.

En el fondo, sin embargo, todo sigue igual, o peor después de que Ceferin haya irrumpido de lleno en el escenario. Aquí no dimite nadie, ni Laporta, o sea el Barça, se atreve a salir a explicar lo inexplicable, entre otros motivos, porque el presidente azulgrana, cuyas actuaciones en el caso han prescrito, se siente personalmente a salvo mientras pueda ir tirando con sus cosas, jugando al Monopoly con Limak y convirtiendo la Liga que ganará esta temporada en una gesta sin precedentes en la historia del club. Para cualquier otro presidente de los últimos veintitrés años, el mismo balance sería criticado, insuficiente, pobre y motivo de dimisión o de voto de censura. No lo verá igual, sin embargo, la prensa de hoy que en su momento desacreditó y restó valor, importancia y mérito a los tres tripletes nacionales (Liga, Copa y Supercopa de España) de Bartomeu.

Son otros tiempos. También para LaLiga, que ha convocado plenario de urgencia para el 19 de abril próximo con un único punto en el orden del día, el caso Negreira y las posibles medidas coercitivas o inmunosupresoras que puedan adoptarse contra Laporta. A Tebas ha conseguido hacerlo enfadar de verdad.

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