El Departamento de Justicia, Derechos y Memoria de la Generalitat de Catalunya ha confirmado que los restos exhumados en diciembre de la fosa común del cementerio de Reus son del militante antifranquista Cipriano Martos. Martos falleció en septiembre de 1973 por la ingesta de ácido cáustico durante los interrogatorios a los que fue sometido por la Guardia Civil. Las labores de intervención arqueológica para recuperar sus restos empezaron en diciembre de 2022 como parte del Plan de fosas 2020-2022 de la Generalitat. Se trata de la veintena persona exhumada identificada en Cataluña desde 2016, cuando se creó el Programa de identificación genética.
Las muestras genéticas han permitido comparar el ADN de Cipriano con las de su hermano Antonio y se ha confirmado su identidad. Ahora, la familia podrá trasladar su cuerpo a Granada, donde están enterrados sus padres.
Cipriano Martos (1942) era un obrero y sindicalista de origen andaluz que emigró buscando trabajo por Andalucía y Aragón, y posteriormente a Cataluña. Trabajó de jornalero, minero, trabajador textil y albañilería, y se afilió a la Oposición Sindical Obrera (OSO), fue militante del Partido Comunista Español Marxista-Leninista (PCE M-L) y miembro del Frente Revolucionario Antifascista y Patriota. La Guardia Civil le detuvo el 25 de agosto de 1973, después de que llevara a cabo una acción de propaganda política en Igualada. Lo llevaron al cuartel de Reus, acusado de propaganda ilegal y de pertenecer al FRAP. Le interrogaron y torturaron, obligándole a beber un líquido corrosivo conocido como líquido de la verdad, una combinación de ácido sulfúrico y gasolina. Dos días después, el 27 de agosto, le trasladaron al Hospital de Sant Joan de Reus.
El 29 de agosto, pese a su pésimo estado de salud, el juez le tomó declaración. La Guardia Civil impidió que la familia pudiera visitarle. Por último, el 17 de septiembre de 1973, murió a consecuencia de una hemorragia interna.
El fallecimiento se registró el 19 de septiembre en el Registro Civil de Reus y los restos fueron inhumados en secreto el 20 de septiembre de 1973, en un servicio de beneficencia propiedad del Ayuntamiento de Reus, en la fosa 11-67 norte del Cementerio de Reus. En ningún momento se permitió que la familia asistiera a la inhumación ni que se llevara el cuerpo a su tierra de origen, Granada.
