Al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès. Aragonés asistió al concierto de Joan Manuel Serrat del pasado jueves 22 e, incluso, le saludó instantes antes de que empezara. En un momento dado del concierto, Serrat agradeció la presencia de Aragonès y parte del público le pitó pero cortó de raíz las protestas recordando que «esto es una fiesta».
Muchos políticos desfilaron por el palacio Sant Jordi para ver y escuchar a Serrat en alguno de los tres conciertos con los que se ha despedido de los escenarios. Del gobierno de la Generalitat también se vio a la consejera de Cultura, Natàlia Garriga. El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, los ministros de Cultura y Deportes, Universidades y Asuntos Exteriores, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, el presidente de Aragón, Javier Lambán, el primer secretario del PSC, Salvador Illa o el primer teniente de alcalde de Barcelona, Jaume Collboni también estuvieron allí. El presidente del Barça, Joan Laporta, asistió al último concierto, donde también se vio a Raimon, Maria del Mar Bonet, Silvia Pérez Cruz, los hermanos Muñoz, de Estopa, Jordi Évole, Javier Cercas o Isabel Coixet.
Serrat resolvió bien los gritos a Aragonès y tuvo que aguantar además que alguien del público le pidiera que hablara en castellano en su última reflexión antes de cerrar el último concierto. El cantante lo hizo «para que nos entendamos todos» y después de un rato en castellano reanudó su discurso en catalán, se despidió diciendo en catalán: «Nada más, muchas gracias a todos vosotros» e interpretó, también en catalán, la última canción: «Una guitarrs». En Twitter, algunos independentistas se quejaron de esta respuesta de Serrat, pero muchos de ellos llevaban días quejándose de que TV3 transmitiera su concierto. A cambio, TV3 les ofreció al día siguiente un concierto del grupo Sopa de Cabra celebrado en el mismo palacio Sant Jordi el pasado 26 de noviembre.
