El FC Barcelona ha sido el equipo que más futbolistas ha aportado a las distintas selecciones que vienen disputando el Mundial de Catar 2022 con una cifra de hasta 17 futbolistas, uno más que el Manchester City y el Bayern Múnich, los tres clubs que más talento y nombres han distribuido entre las diferentes selecciones que, tras la criba de la primera fase y la disputa de los octavos de final, se enfrentan en la apasionante disputa de los cuartos de final a partir de este viernes. El dato de esta mayoría azulgrana puede analizarse desde diferentes puntos de vista, pero desde luego llama la atención que, de este trío de grandes de Europa, el Barça de Laporta y de Xavi sea el único eliminado de la Champions a estas alturas de la temporada.
También viene a confirmar la extendida sensación de que, tras el uso desesperado de las palancas y el aterrizaje de seis futbolistas de primer nivel, todos ellos extranjeros, sumados a la base de jugadores seleccionables por España, el equipo disponía de suficientes y sobrados argumentos para no volver a caer, como en la temporada anterior, en los primeros compases de la gran competición continental, ese gran escaparate internacional al que responden las grandes audiencias y los patrocinadores, pero sobre todo los ingresos.
El Barça lleva dos años quedando fuera de juego de la élite europea, lo mismo que la selección de Luis Enrique, con ocho futbolistas del Barça (Ansu Fati, Ferran Torres, Eric García, Alejandro Balde, Sergio Busquets y Jordi Alba), ha quedado eliminada en cuanto la carretera se ha puesto cuesta arriba después de una clasificación apurada y del fuerte contraste que supuso debutar con una goleada de escándalo sobre Costa Rica (7-0), empatar cobardemente ante Alemania y caer con indudable merecimiento ante Japón.
Por las hechuras se parece, si se establece un paralelismo entre la columna vertebral del Barça y de la selección, a la andadura azulgrana de esta temporada, de fuerte contraste entre los partidos que ha dominado con absoluta superioridad frente a rivales teóricamente asequibles y las enormes dificultades y los decepcionantes resultados obtenidos frente a equipos más sólidos, como el Inter y el Bayern Múnich.
En la Roja de Luis Enrique, exentrenador del Barça que conquistó el triplete la temporada 2014-15 con el tridente Messi-Neymar-Suárez, hasta cinco futbolistas del Barça -o sea, la mitad del equipo- han sido titulares indiscutibles, con Pedri, Gavi y Busquets en la medular, Jordi Alba en defensa y Ferran Torres en ataque.
Los partidos que habían de marcar la diferencia en su trayectoria mundialista -ante Japón, para pasar primeros de grupo, y ante Marruecos, en octavos, ambos rivales con una condición física y disciplina táctica incuestionables- resultaron ser una decepción, un calco de esos mismos últimos partidos del Barça en la Liga con una elevada posesión y poca profundidad resueltos sobre todo por Lewandowski en acciones de talento aislado. Más esperanzador, hasta los cambios de Luis Enrique, fue el choque finalmente empatado con Alemania, un enemigo venido a menos que ni siquiera fue capaz de superar la primeras fase.
A falta de lo que sean capaces de conseguir Frenkie de Jong y Memphis con Países Bajos frente a Argentina, Raphinha con Brasil y Dembélé y Koundé con Francia, que es la gran favorita, el Mundial deja a una serie de futbolistas con la moral baja a causa de un rendimiento descendente y de las críticas recibidas. Habrá sido un Mundial doloroso para Pedri, Gavi y Busquets, especialmente apagados y rígidos ante Marruecos, lo mismo que para Ferran Torres, con menos llegada que otras veces y con el lastre añadido de ser pareja de la hija del seleccionador fuera del vestuario. Balde pudo debutar, que ya es mucho, Eric no ha tenido protagonismo porque Luis Enrique ha renunciado a la salida de balón con algo más de criterio desde atrás y, en cambio, quien vuelve con más galones y reforzado ha sido Jordi Alba, más titular con Luis Enrique que con Xavi, que le busca permanentemente alternativas.
Finalmente, pues, son cinco los jugadores del Barça supervivientes, una cifra sensiblemente inferior a los nueve futbolistas que siguen en cuartos del Manchester City, base de la sólida y regular selección inglesa, y los ocho del Bayern, distribuidos en los diferentes equipos continentales que siguen adelante.
El Real Madrid, que dejó ir a trece futbolistas también, está por encima del saldo azulgrana con seis de sus cracks todavía con aspiraciones de ganar el título: Modric liderando a Croacia, actual subcampeona del Mundo, tres con Brasil (Vinicius, Rodrygo y Militao) y dos más con Francia (Tchouameni y Camavinga) tras la baja de Benzema, ganador del Balón de Oro 2022.
Con todo, el club con más futbolistas clasificados para cuartos de final es el Manchester United que, sin contar con Cristiano Ronaldo, dado de baja en vísperas del torneo, mantiene hasta once de sus unidades muy bien repartidos. El Manchester United viene de una larga crisis estructural deportiva desde la marcha de Alex Ferguson al final de un ciclo extraordinario de dominio en el fútbol inglés que, sin embargo, se topó con el freno del Barça de Leo Messi, al que no pudo superar en ninguna de las finales de Champions (Roma y Wembley), a las que el argentino llegó en su mejor momento.
Desde entonces, sucesivos entrenadores se han estrellado contra la exigencia de retornar rápidamente a ese nivel de primera línea, una ansiedad que, sin embargo, se ha traducido en una crisis tan acentuada que la temporada anterior no fue siquiera capaz de clasificarse entre las posiciones de Champions. Fue una decepción combatida con buenos fichajes y la llegada de un entrenador holandés, ex del Ajax Erik ten Hag, que ya se ha deshecho de Cristiano Ronaldo, un futbolista verdaderamente tóxico en la fase terminal de su extraordinaria carrera.
El destino ha querido que próximamente se midan en la Europa League los dos grandes favoritos a la victoria en esta segunda división continental, Barça y Manchester United. Por un lado, el equipo que había arrancado este Mundial con más futbolistas distribuidos en las diferentes selecciones y, por otro, su rival inglés, el club que en la fase decisiva, que empieza hoy con la disputa de los dos primeros partidos de cuartos, lidera con once el número de jugadores aún clasificados. El United empezó con catorce cedidos a las distintas selecciones.
Un arma de doble filo dependiendo si tras el Mundial el esfuerzo les pasa factura o si el hecho de haber cuajado buenas actuaciones -o, incluso, ganar el Mundial- propulsa y mejora su rendimiento. En el Barça, por el contrario, ahora mismo la base nacional del equipo está de bajón mientras que, desde el aspecto físico, los eliminados dispondrán de más días de recuperación y de más tiempo para preparar la vuelta a los terrenos de juego, de momento, al universo Liga con la Supercopa en el horizonte.
Si sirve de referencia, en el erano de 2008, antes del primer triplete con Messi, Eto’o y Henry en punta de ataque del equipo recién puesto en manos de Pep Guardiola, quienes dieron verdaderamente un paso adelante en cuanto a liderazgo y responsabilidad fueron Xavi, Iniesta y Puyol, que acababan de conquistar la Eurocopa con Luis Aragonés en el banquillo. El veterano seleccionador les imprimió el carácter ganador que habían perdido en el Barça por culpa de un vestuario dominado por el desánimo de un Frank Rijkaard mentalmente hundido y una junta, la de Laporta, extendiendo ese manto de autocomplacencia insuperable en el agónico final de Ronaldinho.
La situación anímica inversa a la actual, al menos para ese bloque nacional, y también para futbolistas como Araujo, Lewandowski, Christensen y Ter Stegen, que tampoco han disfrutado de una experiencia mundialista positiva.
Nada que ver, desde luego, con análisis ese oportunista, gratuito, interesado y ventajista que hizo Joan Laporta tras el debut de la selección española frente a Costa Rica, a la que abatió con una goleada hasta cierto punto imprevista. El presidente del Barça, siempre lenguaraz y aprovechado, demostró que a la hora de estar desafortunado y torpe siempre puede superarse a sí mismo: «España me está pareciendo fantástica y es un orgullo -dijo- para el Barça ver cómo está jugando la selección y cómo lo lleva Luis Enrique, asumiendo toda la presión. Ha sido muy valiente. Es favorita para ganar el Mundial, está entre las favoritas. Lo que pasa en la selección es consecuencia del buen trabajo que está haciendo Xavi. Luis Enrique ha estado muy acertado en hacer un bloque con jugadores de mayoritariamente un equipo que es el Barcelona. Esto facilita el juego y la adaptación. Hay un gran talento enamorando al mundo y la gran mayoría es del Barça».
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