La Federació Catalana de Futbol, en el punto de mira

El Tribunal Català de l'Esport debe decidir si anula las elecciones del pasado 26 de mayo, ante la constatación de que hubo graves irregularidades

Joan Soteras

Las elecciones a la junta directiva de la Federació Catalana de Futbol (FCF), celebradas el pasado 26 de mayo, estuvieron llenas de trampas y de irregularidades de todo tipo. Así lo explicita un recurso presentado ante el Tribunal Català de l’Esport (TCE) por Álex Talavera, el candidato que quedó en segunda posición, a tan sólo 26 votos de diferencia del ganador oficial de las elecciones, Joan Soteras (foto).

Álex Talavera, tras analizar el expediente electoral que le ha sido facilitado por el TCE, ha detectado anomalías –algunas muy graves– en 400 de los 1.041 votos emitidos. De confirmarse esta denuncia, estaríamos ante un pucherazo de dimensiones colosales, impropia de una sociedad democrática como Cataluña.

Hay dos claves que explican esa presunta falsificación y manipulación masiva de las elecciones a la FCF. De una lado, que el censo de votantes no se hizo público hasta 48 horas antes de la jornada electoral y sin posibilidad de contrastarlo con la base de datos de la Secretaria General de l’Esport de la Generalitat, que es quien mantiene al día el registro de entidades deportivas. De esta forma, se ha detectado que hay una veintena de clubs que no participan en competiciones desde hace, al menos, dos años y que, en cambio, participaron en las elecciones, cuando no podían hacerlo.

La otra gran bolsa de fraude se produjo con las delegaciones de voto protocolizadas frente a notario. El reglamento electoral de la FCF establece que la participación en las elecciones está reservada a los presidentes en ejercicio de los clubes y que, en caso de fuerza mayor que se lo impida, pueden delegar el voto al vicepresidente, mediante un acta notarial.

A la hora de la verdad, el requisito de las actas notariales, que fueron empleadas masivamente por los partidarios del presidente saliente y ganador de las elecciones, Joan Soteras, sirvió para esconder todo tipo de irregularidades: en vez de los presidentes o los vicepresidentes delegados, votaron secretarios, vocales o tesoreros de unos ochenta clubes federados; también con el truco del acta notarial votaron a personas que no constan como directivos de clubes en el registro oficial de la Secretaria General de l’Esport y que, por tanto, no podían hacerlo.

Una situación surrealista se produjo en la demarcación de las Terres de l’Ebre. El día de las elecciones, en la apertura de las urnas, votaron los supuestos representantes de los clubs Juventut Esportiva de Ribarroja d’Ebre, CF Ribarroja, CF Tivissa y Club Mora la Nova, provistos de falsas actas notariales de representación. Cuando, horas más tarde, los presidentes de estas entidades fueron a votar, se les dijo que no podían hacerlo porque su voto ya había sido emitido. Esta presunta suplantación fue denunciada en la comisaría de los Mossos d’Esquadra de Tortosa.

Además, hay 43 clubs que, según la junta electoral de la FCF, votaron por el sistema del acta notarial, pero este documento no consta en el expediente depositado en el TCE. Y en el caso de 140 entidades en las que votaron los vicepresidentes, no se acredita, como sería preceptivo, la causa de la ausencia forzosa del presidente.

En las elecciones del 26 de mayo, el presidente saliente, Joan Soteras, ganó con 396 votos; seguido de Álex Talavera, con 370 votos, y Juanjo Isern, con 238 votos. El candidato Álex Talavera considera que, frente al cúmulo de trampas e irregularidades constatadas, estos resultados son ficticios, y exige al TCE la repetición de las elecciones.

Pero esta vez con reglas claras y transparentes: que el censo sea el que consta en el registro de la Secretaría General del Deporte; que los clubs que no participan en competiciones no puedan votar y que funcionarios de la Generalitat se encarguen de velar por la limpieza de todo el proceso electoral, desde la presentación de los avales, la verificación de las actas notariales de delegación de voto y el recuento de las mesas electorales.

El presidente se embolsa 120.000 euros cada año

La Federació Catalana de Futbol (FCF) es un pastel muy goloso y, por tanto, un nido de conspiraciones. Remueve un presupuesto anual de 27 millones de euros, es una repartidora de favores y, además, se ha convertido en una palanca de acceso a la Real Federación Española de Fútbol. El actual presidente, Joan Soteras, accedió al cargo en 2018, en sustitución de Andreu Subies, que está imputado por la Audiencia Nacional por graves irregularidades económicas. A su vez, Joan Soteras fue también condenado e inhabilitado años atrás por los derrames tóxicos de su empresa textil de Sabadell. Aunque formalmente está jubilado, Joan Soteras cobra una asignación de 120.000 euros anuales como presidente de la FCF.

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