Sigfrid Gras, el periodista que ha sustituido a Vicent Sanchis como director de TV3, afirmó que apostará por el entretenimiento y restringiría la política a los espacios informativos de la cadena. También dijo que hará cumplir el Libro de Estilo de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) tanto a los periodistas de la casa como a los colaboradores externos. La madrugada del martes, TV3 estrenó el programa Zona Franca, presentado por Joel Díaz. El primer gag que hizo Díaz fue limpiarse el culo con una hoja del Libro de Estilo de la CCMA y entrar en el plató gritando “puta nit i bona Espanya!”, para añadir a continuación: “Era al revés, ¿no? ¡Los nervios!”.
El grito de “puta nit i bona Espanya” no fue la simple declaración de intenciones de Joel Díaz en su primera aparición en escena en Zona Franca. Al día siguiente volvió a comenzar el programa con ese grito -sin atribuirlo a los nervios del día anterior- y, además, pidió a su colaborador Andrés Fanjgold que lo despediera. Fangjold le obedeció y fue él quien volvió a gritar “puta nit i bona Espanya!” entre los aplausos del público. El tercer programa no empezó hasta la una de la madrugada del jueves y mantuvo el «puta nit i bona Espanya!» de los dos días anteriores.
Hasta ahora, la expresión “puta España” se había utilizado en los programas de TV3 Bricoheroes y Està passant y en El búnquer, de Catalunya Ràdio. Las denuncias persistentes en la comisión de control de la CCMA en el Parlament y de medios como EL TRIANGLE han conseguido que deje de utilizarse en estos programas. Zona Franca y Joel Díaz lo han recuperado y, con el juego de palabras mencionado, es el pan nuestro de cada día en la televisión pública de la Generalitat.
No es raro que Díaz utilice este exabrupto. Como reportero del programa APM?, también de TV3, pidió a los presentadores de El búnquer que gritaran “puta a España” en el discurso de agradecimiento por recibir un premio de Ràdio Associació de Catalunya. Usa a menudo esa expresión en su perfil de Twitter. En una entrevista, en diciembre del 2019, dejó clara su animadversión hacia España. “Tengo un odio visceral al estado español, pero si somos independientes haremos un país de mierda”, declaró a Vilaweb entonces.
En declaraciones a La Vanguardia, el pasado lunes, Sigfrid Gras aseguró que quiere recuperar al público que se haya sentido excluido de TV3. “TV3 es la televisión de todos los catalanes: nuestra obligación es que así sea. No tenemos ninguna intención de que alguien sienta que TV3 no es la suya”, afirmó. Es evidente que Zona Franca no va a servir para este supuesto objetivo. Además del saludo y la despedida diarios burlándose de España, en el primer programa se enfocó a menudo a un miembro del público que lucía una camiseta negra donde se leía “Injurias a la corona” por delante y el nombre del rapero Valtònyc, huido de la justicia española a Bélgica, por detrás. Tampoco faltaron mofas de Guardia Civil y una pregunta a uno de los colaboradores del programa sobre si Cataluña debe ser un nuevo estado de Europa. El colaborador respondió “paso palabra”.
La CCMA ha encargado Zona Franca a una productora audiovisual que se creó el pasado 25 de febrero –Atomic Beat Media- por 1.314.419,14 euros. La CCMA también se hace cargo del coste de la construcción del decorado del programa, la iluminación y alquiler de una grúa telescópica, con control remoto. No ha informado todavía del coste del nuevo decorado y de la iluminación. Alquilar la grúa costará 157.602,50 euros durante diez meses. Las bromas de Zona Franca costarán, por tanto, más de un millón y medio de euros a todos los catalanes, también a los que se enfadan cuando alguien grita “puta España” ante la cámara o hace juegos de palabras aparentemente ingeniosos y graciosos con la voluntad de insultarlos.
Sigfrid Gras dijo a La Vanguardia que para saber si funciona o no un programa se da dos o tres meses de tiempo para evaluarlo. Zona Franca lleva tres días en antena.
