«Los gitanos conservan valores que las sociedades actuales hemos perdido»

Entrevista a David Martín

Doctor en Historia. Profesor de enseñanza media. Investigador. Forma parte del Instituto de Historia Social Valentín de Foronda, de la Universidad del País Vasco (UPB). Ha publicado El pueblo gitano en Euskal Herria (Editorial Txalaparta) y, ahora, Historia del pueblo gitano en España (Los Libros de la Catarata).

¿De dónde sale esto de que los gitanos son el pueblo más anticapitalista de Europa, según decía el titular de una entrevista reciente que concediste?

Contextualizándolo, es una cosa que relaciono con el anarquismo, que también estoy investigando. A veces encuentro similitudes, no desde la perspectiva organizativa, sino de la manera de ver la vida, de estar fuera del sistema. En este sentido, serían anticapitalistas, pero en algún momento también podrían ser anticomunistas, por ejemplo. Esto lo he visto en directo, porque he vivido con gitanos cada día, durante 12 o 13 años. A veces hacemos teorías sobre las maldades y las bondades de nuestro sistema, pero no salimos de este marco. El pueblo gitano, sí.

¿Quizás su condición itinerante, la marginación que han sufrido, la inclinación a valores y maneras de vida propios… han contribuido mucho a su alejamiento de la cultura del lucro, de la acumulación? Sin embargo, con los judíos, para buscar un símil, pasó todo el contrario.

Sí, son polos opuestos. Los judíos salieron beneficiados en la percepción social. En cambio, el pueblo gitano, como que no tiene ningún poder de difusión, de propaganda, ni siquiera pueden explicar cómo son, ha salido perjudicado. En España, los gitanos no han sido nómadas, aunque así se les denomina, sino más bien ambulantes. La raíz del hecho diferencial no era trasladarse de un lugar al otro, sino no querer encorsetarse, en los horarios, no querer entrar en esta rueda de la producción…

Has escrito sobre los gitanos en Euskadi. ¿Cómo han vivido en un territorio que parece especialmente marcado por el identitarismo?

En la edad moderna, en las provincias vascas y en Navarra, los gitanos sufrían una doble imposición legal. Además de las que se dictaban en la corte, había preceptos locales que prohibían, por ejemplo, el asentamiento de las personas consideradas gitanas. Se suponía que allá no había gitanos, porque la ley no lo permitía. Ser gitano era una figura penal. Cuando alguien dejaba de hablar gitano, de trabajar como gitano y de vestirse como gitano, para el legislador dejaba de ser gitano. Se diferenciaba entre el que eran denominados “gitanos vascos” y los “gitanos castellanos”. No eran los Echeverría, Urrutia, Etxepare…, oriundos. En 1980, en Hernani, el GAL se confundió y mató un gitano pensando que era un miembro de ETA, y hubo una gran reacción de rechazo. Paralelamente, se estaba tramitando un proceso de expulsión de gitanos residentes en el pueblo.

¿Los gitanos, también muy diversos entre ellos, cómo se han organizado socialmente? ¿Cómo clanes, como familias extensas…?

Cuando se desplazan hacia la Europa occidental, los gitanos vienen como peregrinos, que era una forma de desplazarse en la época, con salvoconductos. Lo hacían en grandes grupos. Una cosa así como en el Oeste americano, cuando viajaban en caravanas, a las cuales se sumaban los viajeros. Pero cuando empiezan a establecerse en los lugares donde van llegando, que ya no son solo lugares de paso, se crean normativas contra ellos. Por supervivencia, los grupos se van reduciendo, hasta el punto que, en los siglos XVII y XVIII, solo eran visibles en grupos de cuatro o cinco mujeres, puesto que los hombres no podían acercarse a los pueblos, porque eran capturados y llevados a galeras… Las mujeres también eran azotadas, pero generalmente eran desterradas. En este sentido, parece que el contacto entre la sociedad convencional y los gitanos se hace a través de las mujeres. Hoy en día también son sobre todo mujeres las que tienen más contacto, a través, por ejemplo, de las trabajadoras sociales. El uso del idioma gitano, también penado, se va reduciendo… También es verdad que los gitanos son muy pragmáticos. Utilizan el idioma que necesitan, se adaptan a sus entornos.

¿A pesar de que, aparentemente, no ha habido conflicto, la Iglesia católica ha sido especialmente beligerante con los gitanos?

Más allá que, durante el Antiguo Régimen, quizás algunas personas no cumplían con preceptos como no trabajar los domingos, abstenerse de comer carne por Cuaresma, amistanzarse (que no era solo de los gitanos), no había conflictos especiales con el cristianismo. Si se estudia con perspectiva, se encuentran textos procesales, legislación, que hacen referencia en algunos conflictos, pero escasos y muy espaciados en el tiempo. Ahora, más allá de las creencias religiosas particulares, con el Evangelismo se ha producido una forma de empoderamiento de la comunidad gitana, igual que los negros crearon sus propias iglesias y rituales en los EE. UU..

Llama la atención el importante rol que los gitanos juegan en el mantenimiento y el desarrollo de la cultura popular, no solo en España, sino también, por ejemplo, a los países balcánicos…

Sí, aunque se diga que el flamenco en realidad no es gitano, no hay duda que han sido los gitanos los que lo han protagonizado. En la cultura musical, si se rasca bien, incluso en el País Vasco se encuentran manifestaciones sorprendentes de presencia gitana. Los tamborileros, los txistularis eran muchas veces gitanos. En Pamplona, Echeverría, un gitano, era quien presidía la procesión de San Fermín. Ahora mismo, Sonakay es un grupo que hace flamenco en vasco.

Sin ir más lejos, parece evidente que en la música de Rosalía hay un gen gitano, que es quizás el más genial, el de más valor añadido…

Hay debates sobre la cuestión de la apropiación cultural, como parece que pasa con Rosalía, pero es verdad que los gitanos han sido muy importantes y siguen dejando su impronta en la cultura musical popular. Me interesa, como profesor, que haya material de lectura, que se difunda historia del pueblo gitano. Me decepciona, en la sociedad actual, la mala o nula utilización que se hace de los poderosos recursos de que disponemos para aprender, informarnos… Lo que me asquea es cuando se empieza hablando de Rosalía y se acaba hablando de los gitanos. Mal: “A mí me robaban…”, etc. Hay que introducir de una vez en el currículum educativo la cultura gitana, no porque se me haya acudido a mí, sino porque nos irá bien a todos. En primer lugar, a los mismos gitanos, que siguen siendo percibidos de manera tópica, distorsionada…

“España también es gitana”, dices, poniendo el dedo en la llaga que hace más daño, que es la del indentitarísmo, el nacionalismo, la obsesión por el hecho diferencial…

El pueblo gitano tiene su propia identidad, por supuesto. Es muy heterogéneo, pero también muy identificable. Con sus diferencias y similitudes, encuentras gitanos no solo en todo España, sino en Suecia, en Irlanda…, pero no tienen los axiomas políticos y sentimentales que arrastramos nosotros, y que proceden del siglo XIX. Tienen otras identidades, anteriores. Los gitanos conservan valores que las sociedades actuales hemos perdido, de manera especial en los últimos treinta o cuarenta años. Ejemplos tan sencillos como lo de los matrimonios, que cada vez más se convierten en un compromiso, una obligación, onerosa y en muchos casos no muy bien recibida. No se piensa en la felicidad de los contrayentes, sino en la molestia y el gasto. Entre los gitanos todavía es todo lo contrario. Gastan menos y si lo hacen les es igual, porque piensan en ver a sus familiares, conocidos, hacer la fiesta… Y lo hacen de manera moderada, porque los niños están presentes, y la gente mayor también, que ostentan cierta autoridad para poner freno a las cosas.

En cualquier caso, en España, al menos de manera formal, legal, los gitanos disfrutan de cierto reconocimiento. Esto no es así en países europeos como Hungría, donde siguen siendo víctimas de maltrato explícito, de marginación legal…

Los húngaros eran sinónimo de gitanos, en tiempos de nuestros abuelos. Ahora se llama una cosa parecida de los rumanos, que se asocian a los gitanos procedentes de allá. Desde la Edad Moderna, aquí también se hicieron lecturas románticas, idealizadas, del mundo gitano. El tópico de la mujer gitana se trasladó a la música, la pintura, la literatura… En realidad, eran todo lo contrario de cómo las representaban. Iban a caballo y, en consecuencia, les tendrían que resultar más bien molestas las vestimentas con las cuales las representaban. Amamantaban los niños con los pechos afuera, fumaban… ¡Imagínate lo qué les debía de parecer a los vascos de la época, que no veían un pecho hasta que se casaban, e incluso ni esto!

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