La exdiputada de la CUP, Mireia Boya, se ha dado de baja de la formación anticapitalista por la forma en la cual se ha cerrado el caso de la denuncia que hizo contra un compañero de partido, el cual era miembro del Secretariado Nacional de la formación, al que acusó de acoso en el tiempo que representó a la formación en el Parlamento de Cataluña.
Mireia Boya ha hecho público un comunicado en el que lamenta que «la gestión inicial de la denuncia que se hizo desde la organización no me puso en el centro, a pesar de que era un compromiso de la CUP y un principio básico del feminismo hacerlo». Boya añade que «se dudó de mí y se quiso esconder aquello que pasaba» y que «sentí que pasaba por mentirosa, por exagerada, por interesada».
Boya asegura que tuvo que hacer frente al caso de acoso «sola, dado que la comisión de agresiones machistas de la organización en aquel momento inicial se caracterizó primero por su parcialidad, después por su ausencia», y que «los silencios de muchos compañeros y compañeras me hizo tanto o más daño que las palabras otros».
La exdiputada cupera, después de explicar que el compañero de partido denunciado reconoció el acoso, ella «necesitaba una disculpa, una autocrítica, un acercamiento por parte de la organización», que no se ha producido. Boya califica esta decisión como «un divorcio, político, pero un divorcio»; y que «es por eso que he tomado la decisión de darme de baja como militante de la CUP».
