¡Pintan bastos! … ¿y ahora qué? O ¿qué hemos hecho para merecer esto?

El momento es excepcionalmente excepcional. De pandemia en epidemias, encaramadas sin respiro en una SINDEMIA (coincidencia de diversas crisis en el lugar y momento). Una etapa terrible, se mire como se mire. Excepto para algunos mega-oportunistas millonarios, ganadores en todas partes, para los mercados insaciables, para la ilógica de un neoliberalismo más depredador, para el ensañamiento de las desigualdades y la miseria. Tiempo de oro para las grandes industrias farmacéuticas, de armamento, el mercado de las drogas, el tráfico de personas humanas.

Cuesta encontrar a alguna persona de nuestro ecosistema que no exprese su preocupación, su enfado, y ahora ya el malestar superlativo como ansiedad, angustia, miedo, pesimismo, cabreo. A gran velocidad las malas noticias se suceden, casi se superponen. Algunas son verdaderas calamidades globales y particulares.

Urge fijar objetivos a corto plazo: SOBREVIVIR y esperar a que escampe esta etapa horribilis. Algunos esperan resignados, desfallecidos, rendidos; pero también hay quienes se rebelan, se levantan y buscan cómo luchar y encontrar compañeros/as insurrectas. Buscar un sitio imprescindible para la esperanza.

Muchas, demasiadas, se han reunido con conciencia y nocturnidad en una sobredosis de sofá-pantallas, en especial de televisión y ahora muy en particular en el fenómeno de las “series” a cuál más impactante. Consumo compulsivo, adicción demostrada buscando el espectáculo ajeno–alienante, que nos pueda alejar de los propios males. Esta patología se convierte en enorme preocupación entre adolescentes y niños, con instrumentos tecnológicos y espejo de imitación de los padres.

¿Tan grave? Una conjunción astral, de los astros, un des-astre monumental. Es Inevitable una breve relación de mis percepciones y de la secuencia de derrotas. No entro demasiado en el detalle por motivo de continente y contenido. Podría arrancar la cronología desde hace decenios, la macro crisis de 2008, u otras deflagraciones bélicas. Pero vengo más acá.

A dos años de retrovisor y sin aspiración enciclopédica. Inicio de la pandemia covid-19, que todavía no ha terminado pero que ya han cerrado administrativamente, una vez agotado el espanto inicial y en caída el enorme negocio derivado.

Ahora la GUERRA, que por cierto no es la primera vez en la historia que complementa a una pandemia. Ni entro endescalificar la guerra porque no existe argumento racional justificador alguno para ella: Nunca. Tampoco en este caso, donde el abuso de la «propaganda de guerra» ha llegado al paroxismo.

Hablo desde el lado que conozco/vivo, el que llaman “occidente” y que significa imperio USA–OTAN, con los súbditos europeos haciendo palmas, el trabajo sucio y pagando la factura. No domino el lado “oriental”, del “oso” ruso, el demonio demonizado, que se mueve en un conflicto que le viene de años a sus fronteras. Todo ello alimentado por estrategias militares y ansias de dominio (+China) ya desde gobiernos autoritarios, o de genética neonazi sin rubor. Reclamar un paro de las armas, es “traición”. Los conceptos PAZ y NEUTRALIDAD son obsoletos. Normalizan horrores: “Son necesarias más armas para matar más”, y expoliar las finanzas europeas. “Fuera el gas ruso y bienvenido el gas USA un 40% más caro”. “Adelante con las mentiras ilustradas (fakes)” que sin memoria volveremos a tragarnos viejos engaños

Capital considerar el impacto y las severas consecuencias socioeconómicas. ¿Otra lista negra? Encarecimiento y carencias de productos básicos, combustibles, energía (gas y electricidad), crisis brutal en transporte, en industria, en destrucción del ecosistema. También degradación de la situación del medio-estar y el desmantelamiento por ahogo, parasitación y voluntad política de la sanidad, y/o la educación públicas, o de los servicios sociales, el cuidado en la dependencia, la pobreza extrema. Sin ningún reparo por un gasto militar que dobla al 2% el PIB anterior y nos lleva a la guerra final.

Y por si fuera poco otra pirueta mortal: Repentino cambio de posición política del Gobierno respecto del Sáhara occidental, congregando con las posiciones marroquíes-USA, contraviniendo los derechos históricos proclamados (ONU) del pueblo saharaui y perjudicando la relación económica con Argelia, primer suministrador de gas líquido que ahora liquidaremos a USA. El secreto confeso es Ceuta y Melilla, y of course la voluntad del dueño Biden que manda en la UE y mima un Marruecos instrumento geopolítico dócil y sumiso.

Me preguntan por la calle. Toni, ¿y ahora qué? ¿a quién deberemos votar? Duro de aceptar que a pesar de ser muy relevante, ahora es necesario hacer algo más que el ritual de las urnas.

Cuando definitivamente las cosas no funcionan con este sistema, no queda otra que CAMBIARLO. Diagnóstico sin trampas y tratamiento corrector; es decir, cambio de raíz.

Lo que no se puede es seguir y persistir esperando mejores resultados que no se producen ni se producirán. Reitero y lo siento: vienen tiempos muy difíciles.

(Visited 306 times, 1 visits today)
Facebook
Twitter
WhatsApp

HOY DESTACAMOS

Deja un comentario